Nuestra Optica: Niños también sufren con el encierro en casa

En la segunda semana de la cuarentena social decretada por Nicolás Maduro por el virus chino, que restringe el libre tránsito ciudadano y obliga a los venezolanos a permanecer en sus hogares, con la excepción de los profesionales de la salud que pueden salir solo cuando tengan guardia en sus centros de trabajo, los que resultan muy perjudicados son los niños. Un dia cualquiera y sin que ellos hayan logrado entender los dejaron de llevar a la escuela donde tienen sus amiguitos y compañeros de estudios con quienes durante cinco días a la semana comparten el aula de clases, el recreo para descansar de las tareas y jugar en sus parques internos.

También les eliminaron las salidas con sus padres a las playas, clubes privados y parques públicos, siguiendo sin saber porque los padres los “castigan” de esa manera. Y no es que los padres no os quieran sacar a pasear, sino porque si los padres salen los meten presos o los asesinan como ocurrió con tres personas en el 23 de enero de Caracas, además, no hay gasolina. En ese sentido los niños no logran entender porque sus padres ahora los sábados, domingos y feriados, días que no tienen clases, no les dicen preparen sus morrales que vamos para tal parte. Son niños y no saben lo que está pasando.

Además, los niños como deben pasar todo el dia en la casa fastidiados, sin poder salir a los pasillos porque como a cada rato la televisión dice “no salgas y no te toques los ojos, la nariz y los ojos, sin antes lavarte las manos, los padres tienen mucho temor a que vayan a estar tocando pasamanos o rejas donde pueda estar escondido el virus chino esperando a sus victimas para infectarlo. Tampoco pueden entretenerse o divertirse dentro de la casa porque las plantas de televisión no tienen una programación acorde con su edad, tal como lo establece la Ley de Responsabilidad de Radio, Televisión y sitios de Internet.

Desde muy temprano que arrancan la programación regular de las televisoras, lo hacen con programas dedicados a la farándula pero que los disfrazan diciendo que son de Arte y Espectáculos, los cuales, aunque son de producción nacional, en su mayoría son enlatados con mucho tiempo de grabados. Los contenidos de esos programas se desarrollan con chismes entre actrices y actores, donde aseguran que vieron a fulanito con fulanita y que eso indica que pudieran estar “empatados”. Igualmente, algunos de esos programas a pesar de ser transmitidos en horarios protegidos, presentan escenas con cierta carga de morbosidad que están en contradicción con lo que pueden y deben ver los niños.

Otra tragedia que enfrentan los niños es que a pesar de estar dentro de la casa, la preocupación existente de padres y madres diciendo que no deben tocar nada y luego llevarse las manos a la boca, ojos o nariz, pero cuando por alguna razón tienen que lavarse las manos, cuando giran la llave del grifo lo que sale es aire porque no hay agua. O sea que el encierro de los niños en la casa donde posiblemente no hay comida tampoco y sin poder salir a jugar al parque del sector donde viven, no puede ser catalogada como cuarentena social sino como un estado de sitio infantil.

Pero eso no se queda allí. Por no haber diferencia en las programaciones de las televisoras y perderse la noción del tiempo dentro de la casa, los niños son obligados por la circunstancia a tener que ver las cadenas de televisión que hacen diariamente y toda hora, Maduro y los hermanos Rodríguez, con la excusa de “informar” sobre lo que ellos dicen que están haciendo para “vencer” al virus chino, pero lo que hacen es insultar a Iván Duque y otros presidentes de la región, así como el mismo discurso antiimperialista. Los niños tampoco entienden porque en la pantalla de sus televisores aparecen tanto esos personajes hablando algo que ellos no entienden, en vez de ver las comiquitas a las que están acostumbrados.

En mi caso particular tengo tres nietos, Aaron de nueve años, Nathalia de siete y Alonso de cinco años. El dia martes 24 de marzo 2020 con la voz entre cortada se me hizo muy difícil responderle a Alonso Salomón, mi nieto de cinco años cuando me dijo por teléfono que le habían dado vacaciones en la escuela pero que estaba muy aburrido en su casa. Es una vaina muy arrecha no poder explicar a un niño de cinco años, por teléfono, algo que sin ninguna duda tampoco entendería si lo sientas frente a ti. Es algo que no se entiende a esa edad. Dios proteja a mis nietos y a todos los niños de Venezuela y el mundo.

Gerónimo Figueroa Figuera

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