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La participación de las mujeres indígenas de Latinoamérica en la toma de decisiones y el acontecer político y social es muy limitada a pesar de que se estima que en la región hay al menos 23 millones de mujeres indígenas, sin embargo, las mismas condiciones de desigualdad y discriminación en las que se ven envueltas, han propiciado el surgimiento de mayor liderazgo y activismo entre este grupo en busca de justicia, igualdad y reivindicaciones, no sólo para su género, sino para los pueblos indígenas en general.

Este año la comunidad internacional celebra el 8 de mayo bajo el lema «Igualdad de género hoy para un mañana sostenible».

Son muchas las alternativas y las muestras de resiliencia de las comunidades indígenas, no sólo ante el cambio climático, sino al trastorno de sus dinámicas sociales, culturales y de sostenibilidad tras el impacto ambiental que han tenido las actividades extractivistas en sus territorios.

Las mujeres y las niñas sufren más el impacto de la crisis climática porque esta amplifica las desigualdades de género existentes y pone la vida y los medios de vida de las mujeres en peligro.

En todo el mundo, las mujeres dependen más de los recursos naturales, tienen menos acceso a ellos y, paradójicamente, les es impuesta una responsabilidad desproporcionada como encargadas de asegurar el suministro de comida y agua en el hogar.

Las mujeres indígenas de hoy en día viven luchas desiguales, relegadas al hogar, excluidas del sistema de educación, laboral y salud, sufren gran discriminación.

En mucho lo que las mujeres indígenas podrían aportar, y en cambio, casi escasa su participación en roles vinculados con la toma de decisiones.

PRENSA KAPÉ KAPÉ

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