Dr. Crisanto Gregorio León
Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
– Confucio
Hay muchas formas de hacer y proclamar el bien, de hacer y dar ejemplos del bien y así tenemos a Jesús obrero el hijo de Dios. También hay criaturas escogidas por Jesús y su madre santísima. En las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave de Pau, cuando la Santísima Virgen María se le apareció a Bernadette Soubirous, se percibía y aún se percibe una discreta fragancia a rosas. Con las 18 apariciones de la Santísima Virgen María a esta obrera del bien en la que dejó su mensaje para la salvación del mundo y advirtiendo de los acontecimientos futuros para la protección de las almas. María Santísima quiere desde siempre salvar a la creación de su hijo Jesús obrero. Desde toda concepción las 18 apariciones de la Virgen María fueron encuentros cara a cara con la madre del hijo de Dios para la salvación de los hombres.
Pero inicuamente también hay obreros del mal, sirva este introito de la divinidad de María y su escogida Bernadette Soubirous, para que usted estimado lector pueda percibir la abismal diferencia entre lo divino y lo obsceno y entre la pureza y la corrupción.
Acontece que en la institución gerenciada por el Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista; hay obreros que les sirven al mal, a la corrupción, al malandraje; y le sirven al narcisista para materializar corrupciones y violaciones de todo orden y de todo tipo.
Allí en el antro que ahora es la que era la institución , a diferencia de la gruta de Massabielle, no se percibe una discreta y divina fragancia a rosas; sino el nauseabundo hedor de la carne podrida que despiden las flores de carroña. Estos obreros son las hienas entrenadas del Coronel Psicópata y al igual que él se portan emulándolo como depredadores sociales.
Se trata de obreros corruptos, que gozan de la autorización del psicópata para violar toda norma y toda regla que les garantice proteger sus intereses criminales y los intereses delincuenciales del Coronel. Actúan con total permisión y perversión; de mañosa agilidad para robar, ratear, ofender, chismear, irrespetar a los superiores o a sus iguales pues se creen el mismo psicópata y además éste los manda a desafiar a otras autoridades o a cualquier empleado en tanto él psicópata envía el mensaje de que nadie está por encima de él y de su pranato o mando corrupto; en tal sentido se comportan como reos o delincuentes manejados por un pran, el Coronel pran.
Tranquilos y confiados, en que sus acciones se quedarán impunes, porque tienen abandonadas sus almas y sus libertades personales en su jefe corrupto, e ilusionados en que el Jefe malvado siempre estará para alcahuetearlos, se arrastran indignamente ante él. Estos obreros son una ofensa institucional, son los mandaderos de la corrupción, son pues la mano ejecutora de los mandados y las órdenes criminales y deshonestas del Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista. Ellos son unos de los tantos tumores de toda la proliferación en la metástasis cancerosa que el psicópata ha diseminado en la institución, que se ha inventado toda clase y tipo de corrupciones, es y ha sido un creador de maldad y de variedad de formas de como parasitar de la corporación, de cómo vivir sin trabajar sino chupando y chupando, succionando todo lo que amparados en una empresa legal puedan meterse al bolsillo ilegalmente, habiéndole creado un giro ilícito y corrompido.
La institución bajo la administración del Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista, atraviesa por su edad oscura, por la etapa más corrupta que ninguna corporación ni ninguna sociedad se merecen.
Para quienes tengan claro, el amor y el respeto a la institución donde trabajan, con total certeza entienden con el más absoluto sentido de pertenencia y con la moral en alto, lo aquí expuesto. Para los otros, aquellos que son una deshonra institucional sea este discurso el látigo de los correazos que desnudos y como mínimo se merecen por la burla que hacen a la sociedad, a la institución, a sus propias almas, por su descaro y su pestífera presencia y actuación. Pero la cárcel les está esperando y el infierno ya les tiene cupo que no podrán negociar. Ya no podrán vocear ¡a 500 dólares! a ¡500 dólares!
Configurase entre estos obreros y diversidad de trabajasores, la tropa de los necios y los monos voladores de oscuras y fétidas mentes, apestosos, cargados de gusanos y pestilencias en sus almas, que son autores y cómplices en el desvalijamiento de los bolsillos de los clientes externos, de la institución, de su nombre y de su prestigio y en la inoperatividad de las normas morales y legales; perpetradores de múltiples delitos, el largo brazo de la ley les alcanzará junto a su Jefe la bruja el Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista. Hay tanta gente enlodada comprometida con la corrupción y los crímenes del Coronel que en esa borrachera de inmoralidad se creen absueltos por las leyes de la sociedad y las leyes de Dios.
Estos obreros y sus comportamientos deshonrosos son una infestación, es literalmente como trabajar acosados por ratas , entre ratas , con sus almas molientes, repugnantes descargas de heces y de orinas ; su presencia apestosa son un insulto a los más caros anhelos de cualquier sociedad donde la corrupción constituye la sífilis , en ellos no hay sanidad espiritual , sino que favorecen la fermentación de la corrupción , con prácticas moralmente asquerosas , su acción es al revés , es como arrojar orinas y excrementos en la institución , son el pozo negro de los desechos del Coronel , es decir , ellos , estos alevosos obreros limpian el trasero al Coronel psicópata, le limpian las huellas de los delitos, son las damas de la alcoba o los novios del taburete de los que se ocupaban en la edad media de asear el trasero del Señor Feudal ; ellos vigilan pues, las evacuaciones intestinales del Coronel para borrar el rastro de sus defecaciones y que pasen por alto o no se descubran sus actos de corrupción.
La Sanguijuelas de la institución diseñadas y creadas por el Coronel son de todo tipo, y entre ellas están estos obreros del mal, que cuales babosos y sedientos gusanos depredan junto al Coronel psicópata de la empresa de inimaginables formas y maneras, podría decirse que son los piojos o los liendres de la corporación; asquerosos personajes, que cuales desechos sumergidos en la vida institucional la han vuelto maloliente y pestilente ante la opinión pública.
Es pertinente indicar que este artículo es extensible no solo a los obreros propiamente dichos, sino a todo tipo de trabajador o profesional se cual sea su cargo que permanece en connubio con los crímenes y corrupciones que comete este Coronel psicópata y lo ayudan y colaboran con él en taparle los desechos para que la corrupción continúe y no llegue a ponerle los ganchos, pero quedarán a la intemperie. Son pues los que destruyen y carcomen a la corporación cuando sus mentes son malignas y están dirigidas por un gestor de maldad, al cual le rinden pleitesía y reptan cuales áspides, dejándose sodomizar, consintiendo en la sodomización de sus personas y de su reputación.
No pueden calificarse sino de purulencia institucional a quienes son autores, coautores, cómplices, encubridores y mandaderos de delitos en la empresa. Asquerosos personajes, moralmente execrables, plagas letales y devastadoras usadas por el Coronel para burlarse de la sociedad y de la institución haciéndose pasar por gente honesta y decente que no son.
Desde que el Coronel asumió la gestión, la institución atraviesa una crisis de salud ética, se ha convertido en una tragedia y en pestes como la tifoidea, la viruela o el sarampión o la influenza, la peste negra , y no obstante todas las advertencias y balizas de los ciudadanos decentes , esta epidemia de magnitud aberrante sigue evolucionando y desarrollándose elípticamente como el ADN corrupto de su creador el Coronel psicópata y sus cómplices, e inmerecidamente para la sociedad tampoco es extirpada la corrupción que corroe a la institución cual quiste canceroso y a pesar de la decadencia y el desprestigio que ella envuelve , los que en sus manos tienen corregirla , se han vuelto oídos sordos y ojos ciegos muy alcahuetamente .
Este Coronel ha creado en la institución la cultura del crimen , está creando criminales . El daño psicológico y psiquiátrico, el daño desde el ámbito penal, que ha generado en la institución el Coronel psicópata, al personal, al talento humano, va más allá de la disonancia cognitiva, es alarmantemente peligroso, es peor y trascendente criminalmente, pues viendo los comportamientos y la convicción con que dentro y fuera pero con el estandarte de la empresa, los delincuentes ejecutan los delitos con tal jactancia y prepotencia , y se sienten justificados ; el asunto exponencialmente es una cuestión de cultura delictiva y de apología del delito ; de inconsciencia, de descomposición social en la que este monstruo el Coronel psicópata con la ayuda de sus monos voladores ha destruido los valores o ha logrado sacar lo peor, lo más bajo y lo ruin de cada trabajador que lo alcahuetea. Que contradictoriamente desdice de sí alguna vez tuvieron educación moral y ética en sus hogares o si en alguna ocasión sus padres les dieron consejos , principios o les enseñaron los mandamientos de la ley de Dios.
Te pregunto estimado institucionalista, ¿en tu empresa los aromas son como las discretas fragancias de las rosas de Lourdes? ¿O los aromas son nauseabundos aromas de carne podrida y de flores de carroña? Y el jardinero es un Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista.
Lo que degrada al hombre y al obrero es cuando comete delitos, pero « Cuando el trabajo es honrado, por más humilde y duro que sea, nunca es degradante». – John Ruskin
Profesor Universitario/Abogado/Periodista/Psicólogo/Escritor