Desde la época de las primarias según sus afirmaciones se vio sometido a presiones y hasta dejó de vender los cafés que compartía con un gentío en la plaza Bolívar.
Más de un viaje al centro y resulta que el hombre recibió el apoyo de un amigo que en el pasado, hace 14 años para ser exactos cuando al amigo de Rodríguez se le presentó una emergencia con su esposa y este le apoyó entregándole el pago de sus dos semanas de trabajo, favor que su amigo jamás olvidó.
El amigo de Guacára lo ubica por las redes y al saber que después de las primarias regresaría a la plaza, éste le dijo «no señor una vez usted me ayudó y yo tengo una fábrica de condimentos hoy día así que voy a ayudarlo». En esta ocasión su amigo le devolvió el favor enviándole varios kilos de condimentos para que dejara de vender café, “tetas” y tecitos y que pudiera comenzar con un negocio propio y así comienza la historia de Suministros “La Ñapa”, el negocio al que se dedica Wilfredo Rodríguez, un luchador social, vertical en sus principios políticos, postura que seguramente le ha proporcionado más de un adversario.
Wilfredo pasó una semana caminando y no encontraba los clientes que se proponía y se empeñó y ya no le compra a su benefactor y amigo, sino que fabrica sus condimentos, comprándole a los propios productores y lo elabora, lo empaqueta para luego llevarlo a las bodegas y comercios,
Como buen conocedor de la ley los involucrados en la elaboración de los condimentos, hicieron su curso de manipulación de alimentos, registró la empresa y posteriormente abordarán no solo el Delta sino otros mercados. De esta manera busca el sustento para su familia.
A pesar de haber bajado la guardia o de «haberle bajado dos», no ha abandonado la lucha y tiene otra visión sobre el rumbo del país y su opción nunca ha sido irse de Venezuela ya que este es el mejor país del mundo.
Lamentablemente el motivo por el cual se daba esta entrevista no se pudo cumplir porque en horas de la tarde de ese mismo día Romel Villalba “Bolivita”, dejó de existir, sin poder recibir la ayuda que Wilfredo Rodríguez comunicaba a sus conocidos. Cuando recibió la noticia, no lo podía creer. Al día siguiente como muchos se le vio acompañando al féretro de “Bolivita” junto a la familia y otros deltanos hasta la última morada.