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El viernes en la tarde y cayendo la noche los feligreses católicos acompañaron a Cristo crucificado, al Nazareno y a la Virgen María, representada por la Dolorosa en una procesión por las calles de la ciudad.

Sacerdotes, religiosos hicieron en este día un acompañamiento luego de la crucifixión y muerte de Jesús en un periplo triste, luego que aceptara morir por los pecados de la humanidad.

Está vez fue un rito basado en la compasión y el acompañamiento a María. Hombres y mujeres de diferentes edades rezaron y compartieron parte de su fe al pasar por los hogares que tenían sus puertas abiertas.

Este es uno de los rituales más compartidos durante la Semana Santa. Luego el sábado de gloria y el domingo de Resurrección dónde los cristianos celebran la tumba vacía.

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