Entre ecos de ficción
MANUEL ARISTIMUÑO TORRES
Ismari Marcano Dicurú.
Entre ecos de ficción, Manuel Aristimuño Torres, nació en Maturín, estado Monagas, Venezuela en 1957. Cursó estudios de primaria y secundaria en Maracaibo, estado Zulia. Obtuvo su título de Profesor en Ciencias Sociales, mención Historia, en el Instituto Pedagógico de Maturín. En el año 1982 en la Universidad Autónoma de Guadalajara, México, alcanzó el título de Magíster Scientiarum en Educación Superior.
Su padre fue el profesor universitario Manuel Aristimuño, ya fallecido. Su madre es la señora Afra Torres de Aristimuño. Tiene tres hermanos: Pedro, también fallecido. Maritza, actualmente, residenciada en México con su madre y Zuleima, residenciada en Florida, EE.UU.
Entre ecos de ficción, Manuel Aristimuño, está casado desde hace más de cuarenta años con la profesora Omaida Barrios de Aristimuño, graduada también en el Instituto Pedagógico de Maturín y actualmente, jubilada de la Universidad Territorial Deltaica Francisco Tamayo. Tiene tres hijos: Manuel Alejandro, Oriana y Victor Manuel. Además, de dos hermosos nietos: Manuel Enrique y Manuel Eduardo.
Entre ecos de ficción, Manuel Aristimuño ha sido un lector empedernido. Entre sus autores preferidos podemos mencionar a: Jorge Luís Borges, Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Horacio Quiroga, Gustavo Díaz Solís y por supuesto, José Balza.
Entre ecos de ficción, Manuel Aristimuño, desde 1984, se desempeñó como Profesor a Dedicación Exclusiva. Luego, fue Subdirector Académico y ejerció la Jefatura de Posgrado. Finalmente, se convirtió en Director del Instituto Universitario de Tecnología Dr. Delfín Mendoza en la ciudad de Tucupita, Delta Amacuro.
Entre ecos de ficción, Manuel Aristimuño, compartió su actividad docente con un apasionado afán de dar a luz pública sus experiencias e inquietudes sociales, publicando numerosos artículos de opinión referidos a los problemas que de una u otra forma nos afectan, tanto en lo social como en lo político. Esta actividad mixta la ejerció en diferentes diarios del estado Monagas y Delta Amacuro.
Entre ecos de ficción, sus obras publicadas son:
Conversaciones con el Diablo (1994), La Venganza (1995), Amor Fantasmal (1996) y Plenilunio (2002). Algunos de sus relatos han sido publicados en el diario El Nacional, el suplemento literario Verbigracia del diario Universal, la Revista Nacional de Cultura y en varios periódicos del oriente del país.
Tiene otras obras, aún inéditas, esperando, como todo escritor, una oportunidad para ser publicadas.
Entre ecos de ficción, su primer libro «Conversaciones con el Diablo», está prologado por el insigne escritor José Balza, quien escribe lo siguiente: «Siempre me parece enigmática la publicación de un primer libro, pero en este caso, Aristimuño cumplió la espera marcada por Dante: el medio del camino de la vida. Esa espera está llena de importantes datos vitales para un escritor: el conocimiento profundo de nuestra provincia, de una ciudad dinámica como Maracaibo, del elegante, refinado espíritu de Guadalajara. Datos que pueden encerrarse en una palabra: experiencia. Porque en todos esos sitios fue niño u hombre, estudiante o docente, anónimo y conocido. La condición ideal para observar, guardar, analizar: convicción que es determinante en el proceso de fraguar nuestro idioma más personal, es decir, la escritura»
Entre ecos de ficción, a propósito de su libro «Conversaciones con el Diablo», Rafael Rattia expresa lo siguiente: «… estos treinta y cinco relatos cortos que constituyen el primer signo de un naciente «corpus literario» característico de un creador que no pertenece a ningún grupo literario; que no hace vida burocrática en los ambientes culturales regionales. Manuel Aristimuño rinde tributo al oficio sagrado de crear ficciones desde una realidad dura y testaruda como lo es la cotidianidad. En este libro de cuentos, que el autor quiso denominar «Conversaciones con el Diablo», el lector asiste a una nada usual proliferación de imágenes, tropos y metáforas que van conformando una fina y delicada ironía sin nada por un urticante humor, la más de las veces, corrosivo y deletéreo.
El lector advertirá en la lectura de las primeras líneas de cada relato, el suficiente clima de tensión como para preludiar un posible desenlace de la trama que urde el narrador. Ello evidencia un excelente control y dominio de las técnicas de la narración corta. El autor de estas ficciones, se sabe conocedor de los intringulis propios del arte de narrar.
La pluralidad de las temáticas aquí abordadas, patentizan una concepción amplia y diversa del anecdotario que puebla el imaginario y la subjetividad del autor. Lo tópico y lo trascendente se hermana de una manera espléndida. Hay logros sustantivos en cuanto al manejo de la anécdota y el fulgor de las imágenes que adquieren cierta autonomía en la página.
Celebro el nacimiento de este promisorio cuentista y reivindicado para él, el digno estatuto de narrador, adquirido a fuerza de titánica entrega al cultivo y realización de una literatura que exige ser confrontada en el trasiego de la más rigurosa lectura. Estoy convencido que conversar con el Diablo, es hablar con Dios, si lo duda, atrévase a leer este breviario de relatos».
Entre ecos de ficción,
actualmente, Manuel Aristimuño se encuentra jubilado de la docencia en la Universidad Territorial Deltaica Francisco Tamayo, pero sigue activo desafiando a un mundo de ficción.
Entre ecos de ficción, en la próxima entrega, dejaremos muestra de la exquisita narrativa de este hijo adoptado del Delta.
La información obtenida para esta publicación, proviene de entrevista con el autor y algunos de sus conocidos.