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Dr. Crisanto Gregorio León

«Que tristeza de universidad ,

cuando el rector encabeza la banda de la venta ilícita de títulos».

Crisanto Gregorio León.  

La creación y el diseño de esta Alma Mater.- Ciertamente esperamos que los casos aquí descritos no se hayan dado ni se estén dando en tu universidad. Porque esta no es nuestra universidad, o al menos en su ejecución y práctica no es la que queremos. Pero seguro identificarás de cual universidad se trata, en la que sus autoridades la prefieren corrupta y corrompida para sacarle provecho criminal. Porque sus hechos de corrupción han invadido las redes sociales y sus particulares estilos son públicos, notorios y comunicacionales.  ¿Acaso esta universidad es el producto de una concepción corrupta o de un mal diseño, o la corrompieron en el camino y debe repensarse y reestructurarse?

Los ladrones académicos.- Abordamos en esta epístola los casos en los cuales la propia universidad confiere títulos a quienes no han cumplido con la escolaridad, a quienes no cursan ni han cursado estudios en su recinto, a quienes aparecen como estudiantes inscritos pero no son estudiantes realmente, porque nada estudian que no sea la manera fraudulenta de obtener un título universitario sin cumplir los requisitos académicos y de escolaridad que cualquier casa de estudios superiores moral y legal exige. Es la construcción artificial y no real, falsa y no verdadera, por parte de esta universidad, de profesionales que no son profesionales. Se trata de un sitio que burlonamente se hace llamar “casa de estudios superiores” donde la mayor característica es que las autoridades son unos cacos académicos, pero también son cacos en otros órdenes.

Con un gobierno universitario corrupto.-  Se trata de una red criminal del gobierno universitario, integrada por el propio rector, los vicerrectores, el secretario, los decanos y directores y todos los involucrados en trayecto o en el recorrido docente y administrativo para la elaboración y expedición de los títulos que emite esa Alma Mater. Habida consideración de la evidencia empírica, para la opinión pública esta universidad fue creada para vender y conferir títulos fraudulentos o estafa. Son diversas las situaciones en la que ésta “casa de estudios superiores” es protagonista de echar a la calle oleadas de “profesionales” chimbos. En esta epístola procuraremos enunciar algunos de los diversos grupos de beneficiarios ilegítimos porque compraron o les regalaron los títulos. Entre un primer grupo de beneficiarios directos de esta corrupción y conferimiento fraudulento de títulos, están además de los propios miembros del gobierno universitario, también sus familiares, amigos recomendados y sus barraganas o sus amantes como el caso de Jesús Alberto y la Calderona.  

Si la universidad otorga doctorados, entonces el rector debe ser doctor.- En primer lugar es menester abordar el caso del grupo de los “titulados” que la propia universidad requiere para que sus autoridades figuren como egresados con títulos de cuarto nivel. Es decir, son títulos académicos que requieren algunas “personalidades” para integrar el gobierno universitario. Estos destinatarios de los pergaminos son quienes van a integrar, integran o pretenden integrar el gobierno universitario. Y en tal cometido esta universidad les otorga mediante venta o regalo y sin estudiar, los títulos para llenar el requisito formal por el cual la autoridad deba ostentar o distinguirse con la tenencia de un título de pregrado o postgrado según sea el caso, dada la jerarquía a ocupar. Como ocurre con el rector que debe tener igual o superior grado académico a aquel máximo grado que la universidad otorgue y entonces lo titulan de doctor.

Una universidad que se paga y se da el vuelto.-  Y aunque esto es posible, en el ámbito de las probabilidades, en el caso que nos ocupa es sumamente sospechoso y alarmante porque sabemos que son unos delincuentes de togas falsas y de birretes postizos y llama poderosamente la atención que gran parte sino todos los integrantes del gobierno universitario sean egresados de la misma universidad, que apenas unos meses atrás eran desconocidos académicamente pero aparecieron mágicamente con expedientes de estudiantes y llenando los requisitos por los cuales se hicieron acreedores de títulos universitarios justamente en la misma universidad en la que van a mandar.  Eso no sería ilegal ni inmoral si se tratase de otra universidad, pero en “la casa de los cacos” las autoridades proceden como cacos. Esta peculiaridad es algo hermoso, que quienes hayan egresado de una universidad sean luego autoridades de su alma mater, pero la evidencia empírica nos ha demostrado que en esta casa de estudios estos personajes larvados aprovechándose de privilegios y estatus en sus áreas de desempeño trampean cínicamente, y de súbito ya son licenciados, magísteres o doctores. De modo que cualquier funcionario de esos corruptos, sin sexenios de investigación, sin quinquenios de docencia y sin experiencia previa en gestión universitaria, de la noche a la mañana “salta” indignamente blandiendo, la dignidad de autoridad universitaria.

Autoridades universitarias con elevadas condiciones inmorales.- La Ley de Universidades dispone que “El Rector, los Vice-Rectores y el Secretario de las Universidades, deben ser venezolanos, de elevadas condiciones morales, poseer título de Doctor, tener suficientes credenciales científicas y profesionales y haber ejercido con idoneidad funciones docentes o de investigación en alguna universidad venezolana durante cinco años por lo menos”. Pero en esta universidad que analizamos, nos encontramos con gente que se hace llamar autoridad universitaria y son analfabetas morales, que deshonran la figura institucional que ostentan, sin credenciales científicas ni profesionales que no sean forjadas, sin idoneidad en funciones docentes o de investigación que no sean forjadas y sin el tiempo legalmente requerido. Es que esta universidad es la casa de la trampa, del robo, de la extorsión y del forjamiento de títulos. Es reconocida como “la casa de los cacos”.   

El forjamiento de títulos por parte de la propia universidad que los emite.- Alguien tontamente y sin el conocimiento del comportamiento de la mafia universitaria, podría argüir, que la universidad no puede forjar un título que ella misma emite. Que no puede tratarse de un título forjado porque está avalado por la propia universidad. Pero están equivocados. Justamente cuando la institución abre un expediente en el cual hace reposar falsamente como cumplidos los requisitos para que “fulano de tal” sea acreedor de un título académico para el cual no estudió o no cursó estudios, desde el momento que por obra de sus funcionarios la casa de estudios lo concibió; desde ese mismo instante esa Alma Mater ha comenzado el iter criminis en el forjamiento del título universitario y desde luego es una verdad de Perogrullo que la casa de estudios superiores está con sus propios sellos y sus firmas autorizadas falsificando un título universitario y se está metiendo autogoles desprestigiándose y causándole grave daño a la sociedad al echar al campo laboral a gente sin la idoneidad académica ni ética para el ejercicio de dicha profesión. Se trata de una contradicción moral que la institución autorizada para otorgar un título, lo confiera a sabiendas, con conocimiento de causa y ex profeso a alguien que no cumplió con ninguna de  las exigencias que la propia universidad impone para ganarse ese título limpiamente. Es que los mismos funcionarios corruptos también sin cualificación ostentan títulos universitarios vacíos, sin méritos, sin background ni respaldo científico. 

En segundo lugar o un segundo escenario en el que la universidad confiere títulos a quienes les recibieron altos pagos en divisas, pero que ni siquiera pisan ni pisaron el recinto universitario y por ende jamás van ni fueron, ni asistieron ni asistirán a clases.-  Se trata de un mercado negro integrado por personas que necesitan los títulos universitarios para lograr subir en sus escalafones laborales pero que no quieren estudiar o no tienen tiempo para hacerlo, o se sienten agotados para estudiar, o son personas vanidosas que sienten poseer alto estatus dentro de su sitio de trabajo y sentarse al lado de sus inferiores los  disminuiría. También integran este grupo, personas que por ínfulas aspiran aparentar ser alguien en sociedad y compran el título universitario solo por el placer de tenerlo aun cuando no piensan ejercer la profesión que dice el pergamino. Harto conocido es el caso del sitio llamado la Coromoto, donde un vendedor de Hot Dogs,  compró por 5000 dólares un título de doctor y le colocó a su negocio el nombre de “Doctor Burger”, robusteciendo también la franja de los doctores fraudulentos porque ejerce esa profesión sin saber sobre su cientificidad. De igual modo integran este grupo, las bombas de tiempo sociales, que son aquellos que compran el título para aparentar una profesión que han venido ejerciendo fraudulentamente o que quieren continuar con su engaño para hacer creer que siempre fueron profesionales legales en esa área, pero prefieren irse por los atajos ilegales antes que estudiar la carrera.

Profesionales incultos con títulos universitarios de dudosa legitimidad.-  Pululan dentro de esta universidad dizque profesionales con la colección de todos los títulos y cuanto cartón emite esta Alma Mater.Apabullando a los demás trabajadores que por sus ocupaciones les sería inmoral haber obtenido mágicamente un título. Pero los jefes en esta universidad aprovechándose de su posición intramuros se gradúan hasta de la tabla del Bingo. Por lo que podríamos ubicarlos en tercer lugar por razones metodológicas y no obedece a ningún estricto orden, a quienes ocupan alguna otra jefatura y se titulan fraudulentamente aprovechándose del cargo que ostentan. Para muestra un botón. Un ejemplo clarísimo es el caso de Jesús Alberto. Resulta que este funcionario “Jesús Alberto”, por obra de su Jefe el artífice de los trucos le ha robado a la universidad varios títulos universitarios y ésta se los ha permitido robar, dejándose sodomizar gustosamente, en la expedición consentida de títulos fraudulentos a un estudiante fraudulento. Ambos, Jesús Alberto y su Jefe son “inescrupulosos ladrones académicos”. Salvo que tuviera la cualidad santa de la bilocación, es imposible que Jesús Alberto haya podido estudiar, mientras está en el ejercicio de sus labores, en esas mismas fechas y en esos mismos horarios idénticos, pero paralelos, donde está presuntamente ocupado trabajando. Pero nadie lo vio en clases y tampoco estudió a distancia que no sea distanciado de la ética y distanciado de la moral; y de pronto salta graduado dentro de la misma universidad en su sitio de trabajo donde es el jefe de quienes debieron evaluarlo; apareciendo con unas calificaciones endémicas de veinte puntos que por cuya genialidad avergonzaría al mismo Albert Einstein.

Un cuarto caso, está integrado por quienes sí asisten a clases.- Se trata de estudiantes inscritos y asistentes a clases, pero que pagan a sus profesores para no ser evaluados o para que les coloquen calificaciones por las cuales nunca han estudiado ni se han ganado con ética. En este aparte es menester mencionar algunos modus operandi de los estudiantes y de sus profesores. En la mayoría de los casos los estudiantes sobornan a los docentes entregándoles sumas convincentes de dólares para que sean coautores y cómplices del fraude académico. También se da el caso del docente que sanciona a todo el salón de clases y finge enojo hasta que un emisario de los estudiantes lo convenza de recibir una recompensa en dinero o en especie por haber sido objeto de esa contrariedad que le causó enojo, y se configura nuevamente el fraude académico. Y estos escenarios se prolongan, se repiten y se metamorfosean a lo largo de los estudios en los que nadie estudió pero que sí pagaron en dólares o en especies para que el docente los haga figurar como aprobados con meritorias calificaciones. Y lo más inaudito es que se trata de carreras que al igual que en todas pero mayormente en estas que ofrece esta universidad, tales ardides y  vicios son altamente penados o desdicen la razón de ser de la propia profesión. 

Desde luego hay que aseverar que no son todos los docentes los involucrados en esta última descripción, pero son tantos que se suman cada vez, que la participación del profesorado en la expedición fraudulenta de títulos universitarios se ha convertido en connivente y dolosa. Y una pregunta ratifica lo aquí dicho. ¿Quiénes avalaron las múltiples  graduaciones de Jesús Alberto en tiempos tan comprimidos y cabalgados, si en realidad nunca estudió?

La endogamia del estaff docente y la endogamia de la investigación.- Uno de los grandes males que amenaza a la ciencia en general y en especial en esta universidad de cacos, es que se castiga al auténtico investigador en sus afanes académicos, en detrimento de la propia creación del intelecto. Y aunado a esto es la misma endogamia docente, por la cual esta universidad no permite la entrada de mentes frescas y nuevas visiones, y mucho menos a los intelectuales, porque prefieren mantener gentes con un pensamiento vulgar y acrítico, por lo que no reclutan profesionales de altura ni de afán científico ni creativos para mantener perversamente la hegemonía de la corrupción donde la sangre tóxica, no oxigenada y envenenada de siempre lidere los espacios docentes, de academia y de extensión. Desde luego, no son todos los profesores los que están en esto del fraude académico, pero son tantos los que están en esto, que pareciera una regla y no una excepción su participación y protagonismo.

Y esto precisamente lo hacen ex profeso porque sienten que al confrontarse con el cambio y el dinamismo de la creación intelectual y científica, perderían el campo  por el cual la criminalidad y el fraude académico son para ellos los negocios rentables que les reportan mil millonarias sumas en dólares sucios para un grupúsculo cerrado de profesores y autoridades conniventes con estas prácticas que niegan la naturaleza de una Alma Mater; pues el cambio  a lo decente , a lo honesto y a lo que le da significado a una verdadera universidad; para ellos constituye una amenaza para su corrupto establishment. Es que precisamente la práctica  fraudulenta de esta casa de estudios superiores  requiere y por eso lo permite y no renuevan el staff de docentes que le ha servido hasta ahora para sus fines de venta y conferimiento de títulos universitarios estafa. Nada de sangre nueva y mucho menos honesta. Porque esa es la maquinaria instalada para esos fines anti universitarios. Y no pueden permitirse que por ejemplo  por la propia investigación decente de gente ganada al honor y a la rectitud, se descubra y se  exponga la realidad de esta casa de estudios superiores. A alguien podría ocurrírsele una investigación titulada verbigracia “La pertinencia de la universidad de los cacos en nuestra sociedad”.

¿Te unes a la tarea de identificar de cuál universidad se trata? De la que habrá egresado algún puñado de gente decente, que sí estudió y se ganó meritoriamente su título, digo yo, es probable. Porque sin principios ni valores de familia ante la facilidad de montarse en el fraude seguramente muy pocos podrán blandir sus títulos con orgullo y decencia. Ya que pregonar que se es egresado de «la universidad de los cacos”, más que orgullo lo que causa es vergüenza y desprecio en sociedad, debido a la connotación criminal de identificarse como «titulado» de la «uni Cacos» por el propio desprestigio que sus «profesionales» se han encargado de evidenciar en razón de sus alarmantes y deplorables desempeños  y que son noticia criminis viral en las redes y en los medios de comunicación.

«El camuflaje perfecto. Nadie sospecharía que la banda de venta

ilícita de títulos, es el propio gobierno universitario ».

Crisanto Gregorio León. 

crisantogleon@gmail.com

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