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Dr. Crisanto Gregorio León.

“El que quiera ser águila que vuele,

el que quiera ser gusano que se arrastre,

pero que no grite cuando lo pisen”

–       Emiliano Zapata.

Harry, el esclavo espía del amo Julio.- Durante la gestión del destituido y corrupto coronel nunca más ascendido;  Harry fungió y sirvió de soplón de su amo Julio Vásquez o el coronel psicópata Séptimo Masquer. Harry se manejaba encubierto para realizar las tareas de inteligencia o espionaje que su amo e ídolo le asignaba y fingiendo amistad con las víctimas, se les acercaba y entablaba una falsa relación de aprecio con el funcionario o trabajador seleccionado, para obtener en primera línea del propio “traicionado” todocuanto Julio necesitaba saber o pretendía saber, o la infamia que quería construir alevosamente para dañar a quien estaba siendo objeto de hipocresía; porque el coronel maldito usa como lema “piensa mal y acertarás” en perjuicio de otros pero que no se lo apliquen a él.  Y lo peor es que si el coronel piensa mal y no acierta, entonces ante la arrechera de haberse equivocado, decide elaborar y construir igualmente  pecados, delitos y cualquier oprobio en contra de la víctima escogida, porque si él la considera “culpable de algo” y resulta que es inocente, igual él decide hacerla culpable solo por su capricho psicopático y no dar su brazo a torcer.  

Cuando Julio Vásquez decide que alguien es culpable, entonces lo hace culpable a juro, así sea inocente.- El doctor fraude siempre juzga a los demás como culpables de lo que en su perversa mente quiere endilgarles “para joder a sus presas o víctimas”,  tal como él trama en contra de quienes les toma el número porque los envidia o los odia en su mundo depredador y Harry se presta todo el tiempo indignamente traficando con la hipocresía,  para satisfacer las perversiones de su Jefe en contra de quien fuese, sin importarle  quien sea ni si es un hombre de bien, así sea inocente o un buen cristiano, eso a Harry “le vale verga”. Así actúa Harry sin pensar en el efecto búmeran y bajo la convicción de que nunca sería descubierto por las víctimas y que la vida nunca se lo cobrará. Recuerda Harry a Mateo 7:21-23 “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Y tú eres un falso cristiano, un falso amigo, un perverso hipócrita. No puedes llamarte hijo de Dios si andas traicionando a gente inocente por ser un servil mono jalabolas de un corrupto y criminal demoníaco coronel, para congraciarte con tu amo Julio y con el  mayordomo  Chuchín.  

Harry está convencido de que es un infiltrado invisible y que nunca lo van a desenmascarar.-  Este mono volador jalabolas piensa que nadie sabe que es un sirviente de Julio. Todo el tiempo Harry se mantuvo fingiendo simpatía a quien ó a quienes Julio Vásquez les puso  “el ojo”, para cometer en su contra maldad e injusticias, abusos y planearles encrucijadas. Pero Harry  nunca pensó que solo por la nobleza de las víctimas, estos les permitían acercarse aún sabiendo que no era amigo auténtico, sino un enemigo disfrazado de “amigo” enviado a espiarles la vida por orden y cuenta del coronel Julio Vásquez el psicópata.

Harry el traidor infiltrado, colocando “conchas de mango” o resbaladizas y apetitosas trampas a sus asignadas e inocentes víctimas.- El comportamiento alevoso, atrevido y de caradurísmo de Harry hacia quienes él suponía estaban ciegos o en desconocimiento de sus ardides y planes de traición, en momentos álgidos que propició el propio coronel psicópata y por los cuales le ordena a su esclavo espía que sufre del síndrome de Stephen Candie, para que se les acerque  “hecho el huevón” como un amigo que sale de la nada, como un amigo de repente o un amigo instantáneo con una admiración fingida o poniéndose a la orden e incluso mancomunando trabajos, “para cualquier cosa”. Harry es el enemigo maligno, un “sospechoso amigo” que surgió o sobrevino maliciosamente  y solapadamente y nada fortuito, que  se “acercó con una ponzoña escondida” para invadir incluso la vida privada de otro funcionario o trabajador, a propósito de lo que el coronel cree o piensa en su mente depredadora, abusiva, malvada y demoniaca.  

Harry llegó enviado a averiguar la vida de la víctima, creyéndose autorizado a violar las leyes morales y transgredir los vínculos que se forjan entre personas decentes, siendo él un indecente.- Es que este esclavo espía o mono volador jalabolas aún cree que engañó a sus víctimas, con su fingida amistad instantánea. Víctimas que eran las víctimas del coronel, pero que Harry se toma en serio la misión de infiltrarse para también “tener su propio banco de enemigos”. Harry es tan carente de ética, que se atreve a fingir fraternidad a profesionales a quienes incluso tuvo la osadía de írseles metiendo poco a poco en sus casas de habitación para seguir engañando con un cariño o un afecto o una admiración que nunca existió y que tenía por objeto darle información al coronel de la forma y manera de vivir de su víctima y de su familia. Para obtener información  de sus posibles debilidades y de sus fortalezas, para programar la mejor manera de cometer maldad, injusticias y abusos en contra de gente incauta, a quienes además les hizo escenas en el frente de sus residencias sintiéndose inmune por ser enviado y con el permiso  del coronel. Y el esclavo espía se siente y cree ser  el propio coronel, con autoridad para ser “una mierda de persona”, y para violar todas las  leyes éticas, morales y las consideraciones que supuestamente nacieron de la amistad. Solo que la amistad era una estratagema fingida y planeada para hacer daño y averiguar. Porque eso sí demostró Harry, es la propia comadre de barrio chismosa y escandalosa. Que fea, rastreara y horrible persona eres Harry. Eres un falso cristiano, y tus acciones nunca han gozado del favor  de Dios, pues ha sido  Satanás quien te ha secundado para garantizarse tu alma en el infierno.  

      El ruido se escucha desde la cocina.- Para pretender garantizar la impunidad de la corrupción interna en la institución,  Harry hace lo propio en un desespero de golpear la autoestima de aquellos que le consideraban su amigo, para asustarlos, desanimarlos, ahuyentarlos y que desistan acoquinados; para alejarlos de la investigación, para imponerles que guarden silencio y en tal sentido ha tomada burdas estrategias y se comporta displicente y despreciativo, blandiendo banderas teñidas de corrupción. Grita perturbado que con su amo el coronel Julio Vásquez y con su mayordomo Chuchín no se metan y que ya basta de exponerlos al repudio público. De modo que por su torpe, arriesgada y temeraria manera de exigirlo, está despertando elevado interés entre muchos que están urgidos en que la verdad salga a la luz pública y la corriente se llevará a Harry si no suelta su indigna forma de proceder y por cuya bulla y alboroto la evidencia empírica lo señalan como coautor de los delitos internos, en contra del patrimonio de esta instrucción del estado.  

El blofeo de valimiento de Séptimo Masquer.- Hay desesperación entre los monos voladores jalabolas esclavos de Julio Vásquez el coronel psicópata, desde que en el día de san Agustín de Hipona, sucedió lo que ellos pensaron que nunca llegaría a darse, como ha sido la destitución de su amo, a quienes creían vitalicio en el cargo, además de poderoso e intocable. Porque es que el coronel psicópata con pomposidad difundía que era insustituible e imposible de destituir y que tenía muchas relaciones que lo mantendrían atornillado en el puesto “per saécula saeculórum” para continuar con la corrupción, extorsionar, forjar y vender ilícitamente títulos valores estafa y un sinfín de etcéteras de delitos.

Los esclavos idólatras del amo Julio.- Estos monos voladores jalabolas serviles a Séptimo Masquer son sus correveidiles, sus adláteres, sus lame suelas que andan en estupefacción, como quien asiste a un estadio en un juego de béisbol y recibe un golpe en la cabeza y voltea pero no sabe quién se lo dio. Así están los monos veladores desorientados, afligidos y conmovidos porque salvo los que lo traicionaron, la mayoría de ellos sufre del síndrome de Stephen Candie, que es el síndrome de aquellos que defienden los privilegios del patrón, más que el mismo jefe. Son los llamados chupamedias o arrastrados, cuyos tratos se basan en la humillación hacia la clase trabajadora, olvidando su propia condición de funcionarios u obreros. Así está entristecido Harry Bandana, el esclavo espía del amo Julio.

Del comportamiento generalizado de los monos voladores, para muestra un botón.- Harry es el esclavo espía del amo Julio y sufre el síndrome de Stephen Candie,  por el cual se siente perteneciente a otra clase, a otro estrato. Harry se maneja como el propio Julio y hace espionaje para él y con disimulo saborea malignamente su satisfacción cuando alguien es sancionado o despedido, gracias a la eficacia de la información suministrada. Harry es un émulo de la personalidad de Julio Vásquez. Realmente Harry está convencido que por ósmosis es el propio coronel fraude al punto incluso de imitarlo. Mientras este lo usa, Harry se cree que es reconocido y visible para su amo Julio, y hace todo cuanto sea necesario para ser aprobado y palmeado por él. En su mente Harry asume como suyo el apellido Vásquez y es servil al coronel y al mayordomo Chuchín, siendo el peor verdugo de sus compañeros de trabajo si con ello siente que su amo Julio está satisfecho, contento e impune de sus delitos. Harry defiende los privilegios de su amo Julio, aún con mayor énfasis que el propio coronel psicópata. Y al hacerlo experimenta orgasmos mentales al saber que su amo está contento, por la tranquilidad y la satisfacción que le obsequia y le provee al corrupto militar nunca más ascendido.

El amo Julio Vásquez es la oxitocina de Harry su esclavo espía.-  Cuando Harry ve a Julio Vásquez libera para sí la hormona del amor y como a los perros, le produce una auténtica sensación de admiración y amor hacia su amo Julio. Y en sentido inverso es Harry quien le mueve la cola a Julio, pero también a Chuchín. En ese desenfreno que le produce la necesidad interior de proteger a Julio y a Chuchín este funcionario Harry se toma para sí convertirse en un vengador. Y al igual que todos los monos voladores, Harry es los oídos y los ojos de su jefecito su admirado Julio Vásquez y cuida sus intereses. Es el gusto de Harry por estar cerca del poder en un espejismo de detentarlo. La encubierta envidia hacia sus similares y su presunción por estar “a la altura” del Jefe Julio Vásquez, por “pertenecer a”, hace de Harry el perfecto egoísta indolente con insaciables ansias de poder, capaz de ignorar las peores vejaciones y de pasar por encima del sufrimiento y las necesidades de sus compañeros de trabajo.

El servilismo de Harry lo lleva a reverenciar al amo Julio.- La desbocada fuerza de sus impulsos lo arrodilla para festejar el “buen” humor del patrón Julio, pero también para aplaudir los arrebatos de autoridad, injusticia y maltrato que su amo el coronel psicópata Séptimo Masquer tenga contra los demás trabajadores. Harry se toma la libertad de protagonizar situaciones para allanarle el camino de peligros a su amo Julio. Incluso Harry es un “zumbao”, que en arrebato de espontaneidad quiere ganarse galardones así tenga que cometer injusticias en contra de algún compañero de trabajo. En ello se toma la libertad de hacer y decir cualquier temeridad importándole un comino si se gana enemigos con tal de menearle la cola a su amo Julio Vásquez. Contrasentidos como estos obedecen a un síndrome de grandeza y clasismo que no corresponden a su condición y extracción original. Siempre pone sus ojos muy arriba, así tenga que dañar a otros con tal de degustar el eructo podrido de Julio Vásquez. Es el huele peos de Julio y para sentirse reconocido por el coronel, es capaz de traicionar a quien sea e incluso de fingir amistad para recabar información que le sea útil a Julio para dañar a otros. Es que Harry se presta para eso.

 La lambonería de Harry, el cómplice necesario.-  Harry es un lambón, esa es su inclinación natural, un adulador por excelencia a los de arriba a quienes él considera son los poderosos, y se ha desenvuelto en la gestión de Julio Vásquez como el propio chupamedias, que en lugar de alabarlo, tendría que despreciarlo, denunciarlo y proveer pruebas para que sea enjuiciado, pero es que Harry tiene mucho que esconder. La institución ha sido parasitada y depredada por Julio Vásquez y Chuchín su mayordomo, pero con la complicidad necesaria de Harry.  Es que Harry es en materia de Derecho Penal, el cómplice necesario, sin el cual ni Julio Vásquez ni Chuchín hubieran podido desvalijar de bienes y de diverso patrimonio a la institución.

La responsabilidad penal de Harry en el saqueo, robo y hurto prolongado y constante de los bienes del estado.-  Aquí debemos incluir todas las toneladas de comida y proteínas robadas, cada día, cada semana, cada mes y cada año.  Y respecto de los bienes con que contaba la institución y que Julio Vásquez y Chuchín hurtaron y vendieron para uso personal, entre lo que no podemos obviar, el hurto de los equipos de computación –  de escritorio y portátiles- , impresoras, pendrives, los aparatos de wifi, escáneres, cámaras de vigilancia y cámaras fotográficas y todo tipo de aparatos de tecnología, los proyectores y video beams; la flota vehicular, el menaje, las cocinas, además del instrumental y equipos del comedor, los  aires acondicionados y sus componentes; los vehículos desvalijados y vendidos, las puertas que arrancaron y se llevaron para sus casas; el material de oficina que de manera continuada extrajeron para la venta y su uso personal, el material de aseo y limpieza que era una provisión para institución pero de exclusivo beneficio para Julio, Chabela y Chuchín en desmedro de la institución. Se hurtaban las donaciones que no llegaban al edificio pues no las reportaban y se las apoderaban antes de arribar a la empresa pero algunas veces se registraban en menor cantidad para hacer la pantomima que ingresaban realmente. Esto es apenas una pequeña lista, muchas otras cosas se han de encontrar en las casas de Julio, de Chabela, de Chuchín  y de Harry, estos siniestros hipócritas, traicioneros  y culpables delincuentes.    .

Nada es tan desalentador como un esclavo satisfecho.

–           Ricardo Flores Magón

crisantogleon@gmail.com

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