Compartir

Tristeza y decepción. Eso es lo que sienten los representantes de los niños de la escuela de béisbol menor Indios de Tucupita, que funciona en las instalaciones del estadio Efraín Zapata de la capital deltana, al apreciar las pésimas condiciones en las cuales se encuentra el estadio por causa de la delincuencia y la desidia.
Robos de los tubos de las cercas, cableado y techos, además de baños destrozados, son algunas consecuencias que han venido dejando los actos delictivos en un recinto que sirve de base para la formación de nuevos beisbolistas que sueñan con convertirse en grandeligas en el futuro.
Los ladrones se llevaron todo el techo de una de las gradas de este parque de pelotas.
«Todo está dañado y este campo no es ni la sombra de lo que era. El estadio está destrozado, porque los malandros se han llevado casi todo los techos y las puertas, y dejaron que el espacio sea poco apto para la práctica del deporte», explicó Yomaira Astudillo, miembro de la directiva de la escuela de béisbol menor Indios de Tucupita, expresó su pesar al observar el deterioro del coso.
«Este parque de pelota no cuenta con ningún tipo de seguridad, porque todo el mundo pasa como ‘Pedro por su casa’ ya que la entrada principal permanentemente esta abierta. Hay mucho monte en center field eso no permite que los muchachos puedan buscar con comodidad la pelota cada vez que sale de home run. El lugar solo sirve como vertedero de basura y para dejar cauchos de vehículos porque al frente está un taller o cauchera.
Eso representa un peligro y demuestra la gravedad de la situación».

Juan Rodríguez entrenador dijo «este parque de pelota no cuenta con ningún tipo de seguridad, porque todo el mundo pasa como ‘Pedro por su casa’. Hay mucho monte en la entrada y en las noches por falta de alumbrado sirve como lugar de citas y para los adictos consumir drogas y cometer todo tipo de fechorías. Eso demuestra la gravedad de la situación».

Rodríguez relató que la falta de mantenimiento del estadio Efraín Zapata es un problema recurrente, pues las autoridades dejaron de prestarle atención al lugar desde hace mucho tiempo.

«La escuela de béisbol Indios de Tucupita es una de las más exitosas del estado Delta Amacuro y me duele bastante verlo tan abandonado. Sin duda, desde que comenzó la pandemia, la delincuencia este fin de semana hizo de las suyas llevándose todo el techo de una de las gradas. Eso es muy lamentable porque atenta contra el deporte», dijo Rodríguez con voz entrecortada.

Ojalá tanto la gobernación como la alcaldía se den cuenta de que hay que apoyar el deporte para que ayuden a los niños que representan el futuro de Venezuela.

Deja un comentario