El Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria en el estado Delta Amacuro realizó el miércoles 31 como parte de las actividades programadas por el nivel central una jornada en la plaza Bolívar de la capital deltana, que consistía en cambiar una merienda por un cigarrillo.
La idea era alcanzar con esta campaña a las personas fumadoras y cambiar un dulce, ponquesito o caramelo por el cigarrillo que se estaba fumando.
Además de este intercambio explicaron a los fumadores los riesgos que corren al hacer esa práctica, ya que muchas veces desconocen lo que ocurre con ellos en su organismo.
Además de los daños respiratorios, el cigarrillo causa daños digestivos, circulatorios y el que reciben los fumadores pasivos que generalmente no se ve.
A veces una persona que vive junto a un fumador y este aspira el humo del cigarro en la combustión. En ocasiones se ha asegurado que el fumador pasivo es más afectado que el que su consume un cigarrillo.
Es importante que el fumador deje de hacerlo. En la actualidad hay un lema que está usándose para esta campaña y es «Siembre y coseche alimentos y no coseche tabaco».