Dr. Crisanto Gregorio León.
«Uno debería examinarse a sí mismo un largo tiempo,
antes de pensar en condenar a otros».
Molière.
Difama y desprestigia a sus víctimas. La más predecible de las acciones deplorables del coronel es que como todo psicópata crea una matriz de opinión con la confabulación de sus monos voladores y entre la gente crédula y empática de que las víctimas son las corruptas. Inescrupulosamente el coronel psicópata al saberse en la mira de los observadores, suelta infamias en contra de quienes saben todo sobre sus deshonestidades, corruptelas y parafilias; con la finalidad de anular la credibilidad de los denunciantes y colocar a los inocentes en el banquillo de los acusados. Se las ingenia este felón corrupto y ladrón para cambiar la tela de juicio y figurar delante de los ojos del común como un hombre honesto y víctima; mientras que los mártires se vean como los deshonestos y los malhechores.
¡Se habrá visto! El coronel desacredita a los que quiere destruir. Resulta que el artífice de la corrupción, de la trampa y la extorsión en la institución, el que se enriquece producto de la venta ilícita de documentos y por la comisión de todo tipo de delitos, cuando se sabe descubierto lo que hace es echarle mierda a la gente decente e inocente a quien él previamente le ha colocado emboscadas en las que no han caído y al sentirse burlado por la frustración de no poder ensuciar con complots el nombre de gente honorable, entonces opta por dañarlos de todos modos intencionalmente, con dolo malo, con saña e inquina al dejar correr chismes, mentiras, ruindades, para enlodar la reputación de personas que además son comprobadamente honestas y que no tienen una vida llena de los signos exteriores de riquezas de los que sí ostenta el coronel maldito. ¿De dónde ha sacado los dólares para las mansiones que tiene y los autos que exhibe? ¿De dónde obtiene los dólares para las ostentosas fiestas que le patrocina a su barragana Isabel en los quince años de su hija por ejemplo?
El coronel es el corrupto, el adultero que golpea a su mujer, el que tiene la institución hecha un caos, el que se vale de gente indecente y también enviciados como sus monos voladores, Lesbia Carlota que tiene su propio harén en la empresa; los sodomitas Ananás el gozón , Martínez y González sus vaquitas de San Antonio; Isabel su barragana la borracha; Sussana la apostata y la hiena de su hermana; Chucho la mano sucia ejecutora que funge como su hijo putativo que vende los inventarios de la institución, los vehículos, las computadores, escáneres, teléfonos y fotocopiadoras en el mercado negro y, los obreros sinvergüenzas y sin autoestima que al igual que este grupúsculo se arrastran para trepar; entre muchos que me disculpan los mencionare en otro momento.
Toda una banda de malhechores disfrazados de decentes para hacer y recoger las extorsiones diarias entre los usuarios víctimas, y resulta que demoníaca y contradictoriamente los corruptos son los buenos, los decentes, la gente con ética y de principios. ¡Qué barbaridad! El corrupto coronel se hace ver entonces como un dechado de virtudes, se exhibe como el bueno de la película, para la gente ingenua que no sabe o se hace la ignorante de que el coronel como todo psicópata es mitómano, sádico y megalomaníaco, que para distraer la atención sobre sí y sobre sus coautores de delitos, para que desvíen las miradas sobre sus culpas y responsabilidades penales, entonces abre su hedionda jeta difamando a sus víctimas para que la opinión pública desestime los dichos de los denunciantes y pongan en tela de juicio la honorabilidad de la gente impoluta, mientras él continúa destruyendo, desprestigiando, parasitando la institución y haciéndose de fortunas con la aceptación de quienes prefieren creer en el jefe que en las víctimas. ¡Jalabolas cómplices!
Este coronel psicópata desprestigiado y difamado por su propia actuación a lo largo de su vida militar, que se quedó congelado en el grado de coronel y jamás lo ascendieron por sus expedientes delictuales; usa como estrategia de defensa endilgarle a sus víctimas las suciedades que a él lo caracterizan. Él dice de sus víctimas la porquería que es él y lo que es del conocimiento público sobre sus actuaciones delictuales en la institución que parasita y por las que ha pasado destruyendo su buen nombre. Los idiotizados, los crédulos e ingenuos y los encubridores de sus delitos, que le rinden pleitesía por el cargo que ostenta y porque se suman a sus vagabunderías se convierten en las celestinas de su mundo criminal. Y claro conveniente y acomodaticiamente desfiguran la realidad y a los buenos los califican de malos y a los malos los tildan de buenos. ¡Un mundo al revés! Ah, pero hay quien prefiere creer las mentiras del corrupto coronel psicópata porque está recibiendo algo a cambio de su coincidencia, o es su cómplice, su compinche y su socio criminal.
Cuando se escucha al coronel psicópata decir que ha careado a un funcionario con su acusador, ello lo hace para desprestigiarlo, tengan la plena certeza que este coronel maldito ha construido todo un escenario falso con gente que se presta para eso, para dañar a inocentes, porque el testigo falso ha sido comprado o porque le han satisfecho alguna siniestra exigencia. Lo malo o pérfido que el coronel psicópata diga de una persona es falso de toda falsedad. Si inauditamente él mismo siendo un delincuente enconchado dice que es falso lo que comprobadamente se sabe de él. ¿Entonces? Él siempre tiene planes con los que se hace inescrupulosamente de dólares como lo hizo en su momento el archiconocido narcotraficante Escobar. Dime con quién andas y te diré quién eres. ¿Quiénes tuvieron amistad alcahueta con Escobar? Solo piensen, y que las actuaciones de Escobar no se queden en el olvido. ¿A qué se dedicó Escobar? ¿A qué se dedican sus amigos? La gente olvida rápido, tiene memoria de pez. Los corruptos son el coronel psicópata y su banda de delincuentes. Los corruptos no son las personas éticas y correctas, que no tienen poder ni disponibilidad para forjar documentos ni para someter a diario a extorsiones a los usuarios. Los corruptos son el coronel psicópata y sus cómplices los que están en la institución y tienen sus riendas y son ellos los que están llenándose los bolsillos con los dólares mal habidos que recogen a diario. Ah pero, ellos hacen ver como delincuentes a los demás, ellos son unos angelitos que dejan correr infamias en contra de la gente correcta. ¡Hipócrita coronel maldito! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. ¡Rata asquerosa!
¿Pero quién es el corrupto? Es una verdad de Perogrullo que el corrupto es quien tiene las riendas de la institución, que dispone, ordena, controla, intimida, se vale de su posición circunstancial para saquear, extorsionar, y mantenerse encubierto por la acción de sus monos jalabolas, los monos voladores, sus tenientes protectores que junto a él constituyen la banda que burla a la sociedad y embauca la credibilidad pública.
Este coronel maldito se cree el legeremante de la mesa oval, pero ni sabe quién es Juan Currutaco el que se acuesta con su mujer Isabel la borracha, ni sabe quién graba y envía sus arengas al conocimiento del escritor como él llama a su antagonista.
Faltarían líneas para describir y escribir las cien razones por las cuales este coronel psicópata es un maldito. Claro que el coronel psicópata está disfrutando su momento, pero ha de recordársele lo que se le advierte a los Sumos Pontífices y en otrora a los Generales romanos que entraban vencedores a la ciudad, en la que un esclavo les decía en el oído. “Memento mori”.
Memento mori es un dictum latino que significa literalmente “recuerda que morirás”. El uso de esta frase se empleaba para recordarle a un militar triunfante en un evento bélico que no fuese soberbio, pues la condición mortal es infranqueable. E irreductiblemente darás cuenta al creador del universo por tus acciones inhumanas, destructoras, déspotas, sádicas, corruptas y de maldad, tú que traficas con la hipocresía. Sabe perfectamente el coronel psicópata que su víctima no ha cometido ninguna falta, pero el coronel maldito la ha inventado.
Ten en cuenta que el coronel psicópata busca anular a sus víctimas. Proyecta en ti sus defectos; nunca te concede la razón por considerarse él su dueño absoluto; es morbosamente competitivo, lo hace de manera insana, deshonesta y se vale de dobleces; es un narcisista malvado y perverso, con su comportamiento pretende exaltarse a sí mismo y dejarte a ti en un mal lugar; cuando caes en la trampa de creerlo solidario eso es falso, pues sí inusual y convenientemente para él te asiste, no lo hace desde la generosidad sino desde la ocasión para enaltecerse.
Este artículo es un homenaje póstumo a mi amigo Álvaro, quien pudo detallar con lujo de detalles la mente malévola del coronel psicópata y la manera y forma como trama la maldad y comete corrupción, además de sus estrategias insanas para dañar a sus víctimas.
«Espero que no hayas estado llevando una doble vida,
aparentando ser bueno y siendo malvado todo el tiempo».
– Oscar Wilde.crisantogleon@gmail.com