Un informe reciente indica que todos los ecosistemas costeros del país están sufriendo un proceso de deterioro continuo y que el Estado no tiene la voluntad ni la capacidad de actuar frente a esa situación
NP Clima21 | Caracas, 10 de agosto de 2022. La organización no gubernamental Clima21 recientemente publicó un informe en el que se evaluó la situación ambiental de la costa venezolana. Ello es muy importante debido a que los mares y costas de Venezuela tienen la capacidad de generar oportunidades y soluciones para avanzar hacia un país próspero y sano.
El informe El mar que ignoramos: Derechos humanos y la degradación de los ecosistemas marinos venezolanos muestra que las alteraciones o perturbaciones más importantes a lo largo de la costa venezolana son los derrames petroleros; la contaminación por aguas servidas y desechos sólidos; la presencia de especies invasoras y la extracción insostenible de la diversidad biológica.
En este sentido, los derrames petroleros están afectando los ecosistemas costeros principalmente en los estados Zulia, Falcón, Carabobo, Anzoátegui y Delta Amacuro. Las otras formas de perturbaciones se registran en todas las zonas costeras del país.
Los resultados obtenidos indican que algunas de estas alteraciones se están incrementando en el tiempo, deteriorando áreas protegidas por Ley, actuando sobre zonas donde previamente no estaban presentes y afectando los derechos de muchas poblaciones costeras.
No se encontró evidencia de una acción sostenida por parte del gobierno venezolano para mitigar esos problemas.
Por otra parte, estas costas están amenazadas por los efectos del cambio climático; la presencia de metales pesados; la creciente presencia de microplásticos en los sedimentos costeros y la ausencia de consideraciones ambientales en el diseño de las políticas pesqueras y turísticas.
Alejandro Álvarez Coordinador General de Clima21 señaló que “a partir de los resultados obtenidos se puede afirmar que el Estado venezolano no tiene las capacidades, ni la voluntad política para evitar o mitigar estos daños y los efectos de los mismos sobre la población.”.
Cambiar esta situación implica comprender que las costas y sus recursos se conviertan en elementos fundamentales para el desarrollo nacional, por lo que deben ser rescatadas del olvido. Para ello se necesita una política nacional de conservación y uso sostenible de los ecosistemas costeros. Pero principalmente que el Estado venezolano sea un garante del cumplimiento de las normas constitucionales y legales de conservación de estas áreas y no un promotor de su destrucción.