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Como si fuera poco la tarde de este martes los fuertes vientos que soplaron en Tucupita hizo que la antena de la emisora Deltanísima ubicada en Delfín Mendoza, se doblara, se cayera.

La situación económica ha golpeado duramente a los medios de comunicación y en particular a las emisoras de radio. Con esta nueva eventualidad ya son dos las platas que deben estar fuera del aire.

Tal es el caso de Fe y Alegría que desde el martes de carnaval una subida de tensión o carga excesiva dañó varios equipos de esta emisora, como transmisor, regletas, y pare usted de contar. Elementos que se hace imposible comprar por sus altos costos, además de no haber algunos en en país.

Vale la pena recordar que sobre las espaldas de las emisoras de radio en la capital deltana recae las altas tarifas que establece la Corporación Eléctrica desde Caracas probablemente, sin tomar en cuenta que ningún medio factura lo suficiente para adquirir equipos, si ni siquiera alcanza para pagar nóminas. Esta será entonces una ventana que entra en receso no solo para los propietarios, sino para desventura de sus oyentes, quienes ven en cada una una tribuna donde acudir a quejarse cuando los problemas los «acogotan».

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