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Choferes de carros por puestos en el Terminal de pasajeros de la capital deltana aseguran que la afluencia es baja en esta semana santa.

“Si lo comparamos con el año pasado estamos mejor, porque el año pasado por la pandemia no había movimiento, no teníamos gasolina, pero bueno, aprovechamos temprano o en horas en que ya han salido los autobuses”, dijo un conductor que es miembro del Sindicato de Transporte.

Otro profesional del volante Marcos Salazar, hizo referencia a que 20 litros de gasolina son muy pocos, sin embargo mencionó que gestiones realizadas en Caracas, los llevaron a abastecerse con un poco más de combustible para poder trabajar.

Las líneas autobuseras que hacen vida en el terminal urbano están apenas retomando el ritmo de los viajes por ejemplo, Sittsa y Expresos de Oriente, así como los que viajan a Valencia. Tratan de reunir el mayor flujo de pasajeros para un día y no tener que viajar así con puestos vacíos a fin de ver la rentabilidad y el esfuerzo en cada viaje. Entienden que un pasajero decida bajarse de sus carros y montarse en un bus porque se ahorran 7 u 8 dólares.

Alejandro Castillo, uno de los conductores propuso que debe haber unos controles que no los perjudique a ellos porque a veces ingresan autobuses para San Félix o cualquier otro destino y ellos que son trabajadores viejos en las rutas se ven afectados, ya que las personas se ahorran y ellos tienen que irse sin cargar. Igual sucede para Maturín o Temblador con los buses que van a Caracas y que son habilitados a última hora. Dicen que para Barrancas es un poco más fluido.

Coinciden en que la situación ha mejorado un “poquito”.

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