Dr. Crisanto Gregorio León
En un espíritu corrompido no cabe el honor. «Tácito»
El psicópata narcisista llegó hasta Coronel. En este jerarquía se hace como de costumbre de una camarilla de gente con baja autoestima , los monos voladores de ocasión , de aliados o cómplices dentro de la fuerza , que en el futuro le alcahuetean sus desmanes y malas costumbres , la inclinación al robo entre muchas otras delincuenciales mañas y desde altos rangos lo solapan y cada cual hace carrera y son ascendidos , pero el psicópata narcisista tiene muchas averiguaciones en contra , muchos expedientes abiertos por infinidad de faltas y violaciones al honor , a la ética , a la moral y a las leyes y no obstante muchas influencias que mueve dentro de ese mundo furtivo de corrupción, malandrajes y delincuencia, a pesar de ello y por tantas evidencias que quiso tapar cuales excretas de gatos, no logra pasar del grado de Coronel.
Es muy evidente su comportamiento deshonroso. Es y fue una vergüenza para el cuerpo castrense al que pertenece, es una mancha putrefacta indeleble, una mácula de indecencia. Solo cuenta con algunos deshonrosos amiguetes quienes participan con él en la comisión de delitos y en bochornosos y afrentosos actos de vileza, esos son excepciones, unos de sus cursos quienes estudiaron con él y del mismo modo delincuentes enmascarados igual que él o inocentes personajes que desconocen que son utilizados por este psicópata narcisista.
No se le permitió graduar de General por corrupto. Los expedientes criminales en contra le demolieron su posibilidad de ascender.
Como tantos antecedentes, era denuncia consuetudinaria de los delincuentes que entre los funcionarios había uno más delincuente que ellos, un funcionario que los superaba en criminalidad, cinismo, perversión y astucia y que se quedaba con toda la mercancía que decomisaba o con el 75 % de la mercancía ilícita, pero que esas cantidades que reflejaban las actas no eran las cantidades de mercancías y mercaderías que los delincuentes llevaban al momento de la captura y del decomiso. Que alguien se estaba robando la droga decomisada cuando ya no estaba en manos de los delincuentes. Que en el expediente se reflejaba menos cantidad de la incautada, cuando en realidad era más peso y más cantidad.
Un mañoso hombre, de rango inferior al de General, este psicópata narcisista que no pudo obtener mayor graduación por sabotear su propio ascenso por corrupto y con muchos expedientes disciplinarios, de averiguaciones administrativas abiertas, e incluso criminales; esta vez no le valieron ni sus grabaciones voyeristas, ni sus careos, ni sus monos voladores, ni sus chismes, ni sus mentiras, ni su maldad, ni su corrupción, ni su ruindad, ni sus trampas. Sus superiores, gente honorable, integra, honesta y decente lo declararon no apto para ascender, pues lo conocen tal cual es y que ahora para desgracia y afrenta de la institución se encontraba , atracando en la costa , vigilando en la costa, pirateando a los piratas.
Aseveran algunos de sus cursos ya con el grado de Generales, « quien no lo conoce, todos sabemos de su vida parasitaria y criminal, es sumamente corrupto, dañó su propio ascenso, se auto saboteó ». «Todos saben del mañoso infame quien con toda jactancia se pasea como si fuera íntegro y honesto y es un vulgar delincuente». «Es la deshonra de la institución». Que camina y sale disparado como loco con prurito rectal.
Se hizo tan impopular y tan despreciable por su desfachatez y criminalidad usando uniforme para piratear y delinquir, que los criminales no tenían de otra que contactarlo para negociar antes de atravesar la ruta que vigilaba el “pirata de los piratas”. Pues le place psicopáticamente que lo corrompan y él se deja corromper. Este desalmado psicópata militar retirado tuvo que ser despojado de esas funciones con los mismos fundamentos deshonrosos por los cuales se le negó el ascenso a General. Nunca ha aprendido lo que es la honestidad ni la decencia.
Se puede referir a sus estudios, pero no dice que obtuvo títulos fraudulentamente, habla de su formación o cómo llegó a ser tan grande, tan magnífico y grandioso como se cree. Pero no dice que le impidieron graduarse de General porque tiene múltiples expedientes por corrupción y criminalidad. No pudo ascender, se quedó como Coronel, y de allí en adelante prosiguió su carrera de parásito.
En la vida del Coronel narcisista el fracaso siempre pertenece al mundo de los otros, nunca te va a decir que no pudo graduarse de General por los múltiples expedientes en su contra por corrupto y criminal. Y que no le ha quedado de otra que proseguir su vida de parásito.
La adicción que interfiere en su vida personal laboral y social se relaciona con la necesidad de sentir euforia constantemente y amortiguar por ejemplo, el dolor de que las autoridades superiores le impidieron graduarse de General porque tiene múltiples expedientes por corrupción y criminalidad. Ese fracaso personal se lo cobra a gente inocente, destruyéndolos, atacándoles su autoestima, y acosándolos. La fealdad de su alma es tan maléfica, tan despreciable.
Claro, es una forma eufemística de decir, que sus expedientes personales y de trayectoria militar están sucios, signados por la deshonra; que el Coronel psicópata narcisista, voyerista y licántropo, no tiene ni la altura ética, ni moral, ni lícita para poder graduarse de General. Los rasgos antisociales y depredadores de su personalidad, aunados a su mañosa actuación lo descalifican para ser ascendido. Ya venía haciendo trampa para lograr ascensos, pero fue descubierto y por tales invirtudes no lo recomendaron cuando de adolescente quiso entrar a la carrera militar, donde hizo trampas e ingresó; sin embargo a la final la trampa salió y no pudo coronarse como General. Hubiera sido un acto contra natura. «Cuando el zorro no logra alcanzar las uvas, dice que no están maduras». George Herbert.
Su sonrisa desdeñosa, burlona, despreciativa en la que se sacia y siente satisfacción porque se sale con la suya , por saber que con saña está engañando y faltándole el respeto a los demás, a sus víctimas o a sus ingenuos fans, o a sus monos voladores ; esa risita innata a media jeta de su personalidad psicópata narcisista , voyerista y licántropo , se le convirtió en mueca cuando le dijeron «usted no puede ascender , nos ha llamado mucha gente engañada y además muchos delincuentes para apoyarlo , pero es tan aberrante su actuación que no podemos cometer la abominación de graduarlo de General. Ahora faltaría que adujera que sus cursos mienten, los decentes e íntegros, cuando lo que sienten es asco y vergüenza de él.
Quien además por sus infames vicios, fue puesto en situación de retiro, lo que a muchos ha parecido un regalo, pues debió ser destituido y/o expulsado; pero alégrese la sociedad empática; precedentemente, hubo conciencia institucional y le impidieron graduarse de General. Su historial personal y las hojas de calificación de servicio están manchados. En su curso todos los oficiales son rectos, probos, decentes y honorables. Pero a él se le comprobó su personalidad engañosa y abusiva, murmurador, de reprochables procederes, que siempre deshonra la verdad. Porque es muy evidente su relajada conducta y esa mala reputación podría salpicar a todo su curso y eso no es justo, entonces no se le ascendió, no se le promovió de grado o jerarquía porque del resultado de un proceso transparente y objetivo de la evaluación integral continua y permanente los deméritos superan exponencialmente los méritos.
El pánico de ser puesto en evidencia y hecho preso, lo desesperan, se siente atrapado y salta a resguardar su cubil del perro y su burbuja narcisista. Cuando le negaron el ascenso a General por criminal, patéticamente lloró y suplicó que por lo menos no lo expulsaran sino que lo colocaran en situación de retiro. En el salón de evaluación para los ascensos, se le bajaron las ínfulas y entre sollozos y pucheros se comía los mocos, cosa que a él le gusta grabar de otros para avergonzarlos.
En muchas empresas el silencio no es oro, el silencio es un sobre.
«Jaume Perich »
Profesor Universitario/Abogado/Periodista/Psicólogo/ Escritor