Las tarifas eléctricas tal como están planteadas representan una factura impagable, tomando en cuenta que el sector comercial del estado se encuentra trabajando con un 20% de su capacidad productiva, precisa el presidente de la Cámara de Industria y Comercio del Municipio Tucupita, María Adelaida da Silva.
La representante del gremio asegura que aumentar la facturación en más de un 3000% por consumo eléctrico y obligar con amenaza de corte del servicio eléctrico a los comerciantes, es promover el cierre de las empresas que todavía apuestan por mantenerse operativa en medio de la pandemia y del oscuro escenario económico que se está viviendo.
Hacemos un llamado a las autoridades de CORPOELEC a reconsiderar las nuevas tarifas de consumo eléctrico, que tome en cuenta la actividad industrial, de comercio y servicios, en donde se sopese además la capacidad económica de las empresas, ya que actualmente muchas no generan los recursos suficientes para cubrir no solo los servicios públicos, sino también sus obligaciones laborales y fiscales.
Asimismo, señala “el aumento de las tarifas debe ser directamente proporcional a una mejora en la calidad del servicio, pues vemos injustificable que se aumenten los costos y se siga ofreciendo un servicio eléctrico deficiente, con racionamiento, múltiples fallas y bajones que dañan los diferentes equipos electrónicos que están en las empresas”.
CORPOELEC, debe tener presente que sus costos operativos no deben ser trasladado en su totalidad al sector comercial, ellos deben empezar a zonificar el servicio y plantearse el cobro de tarifas justas a todos los sectores que hacen vida en el municipio Tucupita. Aunado a esto tienen que mejorar el pésimo servicio que presta el cual es producto de la falta de mantenimiento preventivo, correctivo y predictivo, todos los sistemas requieren de un plan de mantenimiento, y cuando no se les hace, el deterioro es acelerado, entre ellos sistema de distribución que incluye conductores, aisladores (tanto en alta como en media tensión), herraje, puestas a tierra. Además, no se respetan los criterios de sustitución de los equipos ya que todos cumplieron su vida útil. Es público y notorio el estado de la mayoría del arvidal que está instalado en el casco de la ciudad, el cual es de vieja data y cuando ocurren fallas, solo lo empalman, sin cumplir las mínimas normas para estos eventos, como ejemplo un conector automático. También es evidente la falta de poda de las líneas de 13.8kv, situación que pone en riesgo la calidad de potencia necesaria.
Todo lo anterior conlleva a la quema de los equipos instalados en la mayoría de los comercios del casco y zonas aledañas, ocasionando pérdidas materiales incalculables. Sin que nadie se responsabilice por ello, puntualizo Da Silva.
Fuente Cámara de Comercio