Tucupita la capital del estado Delta Amacuro tenía un sistema eléctrico envidiable hasta hace unos meses. Desde hace tres meses a la fecha, los cortes de energía dejan a diario una estela de quejas entre los pobladores.
Dos y hasta tres veces al día se va la electricidad, impidiendo el normal desarrollo de las actividades cotidianas, comerciales, laborales en la ciudad.
Los comerciantes deben echar mano de todas las herramientas como es el caso de una joven en calle Pativilca que debe vender sus productos con biopago si el comprador tiene cuenta en el banco de Venezuela, la razón muy sencilla, su punto de venta se quemó con una fluctuación de energía.
Igualmente a diario las denuncias de aires, neveras, televisores, ni que decir de los bombillos y las hornillas que se pusieron de moda por la falta de gas.
En la parroquia Argimiro a veces se pueden contar hasta 4 cortes eléctricos y tarda hasta seis horas en reanudarse el servicio. Vecinos dicen que así no se puede vivir.
Abraham Gómez, profesor y figura pública de la entidad contaba recientemente que conversaba vía Skype con Johan Obdola, director ejecutivo de una organización para la Inteligencia y la Seguridad de los Emiratos Árabes y servía de traductor al señor Fajed Bin Al Sheikn, vicepresidente de Autism Trust Fundation y de repente “se fue la luz en Tucupita”. El interlocutor se sorprende por la forma abrupta como Gómez se retiró de la conversación. Cuando se supo lo sucedido, este ciudadano de Dubai, señaló que en toda su vida jamás ha tenido conocimiento que en esa nación se haya interrumpido por ningún motivo la energía eléctrica.
Perplejo el personaje de Emiratos Árabes, comentó “cómo se hace en una situación así para atender hospitales, ascensores, agua potable, tránsito vehicular, llamadas de emergencia, estaciones de servicio.
Gómez exclama “cuánto hemos resistido en el Delta, demostración de qué estamos hechos en Venezuela”.