Crónica Uno
El politólogo Fernando Spiritto asegura que si la oposición no aprovecha la tarjeta de la MUD para ir a elecciones estaría cometiendo “un grave error”, mientras que su colega Piero Trepiccione dijo que era una “papa caliente que obliga al G4 a definir su estrategia para no correr el riesgo de quedar desconectado de la dinámica política”.
Caracas. La tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es uno de los emblemas más reconocidos de la oposición venezolana, inclusive años después de que la alianza fuese deshecha. Es por esto que su habilitación por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) no se trata de un asunto menor, sino de uno que, en opinión de algunos politólogos, está calculado para encaminar más a la oposición a la ruta electoral.
Para Fernando Spiritto, politólogo y director de posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB la noticia de la habilitación de la tarjeta de la MUD tiene dos lecturas: la primera es que es una “jugada osada del gobierno” y la segunda que “es la mejor noticia que la oposición ha recibido en mucho tiempo”.
Spiritto mantiene que la tarjeta de la MUD se habilita en gran medida porque “el gobierno conoce muy bien a la oposición y sabe cómo se maneja a lo interno, cómo se bate el cobre”, por este motivo entiende que simplemente la existencia de esta tarjeta no asegura que la oposición se pueda reforzar en una alianza como la que existió para las Parlamentarias de 2015.
“Es una buena noticia si la oposición la sabe aprovechar. Es una jugada que compensa el hecho de que haya partidos expropiados. Pero también es cierto que no se nota mucho entusiasmo por parte de la oposición, he tratado de leer lo que han dicho los actores del G4 (Primero Justicia, Acción Democrática, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo) y no he visto nada interesante ahí”, comentó el académico.
Asegura que la falta de entusiasmo se debe en gran parte a que “el G4 todavía no ha abrazado la salida electoral como una vía válida” y a que “todavía hay grupos con resistencia a ir por ese camino”.
La tarjeta de la MUD y su habilitación hacen costosa la decisión de no ir a las elecciones. Pienso que es una excelente oportunidad para que la oposición dé ese paso histórico y asuma la vía electoral. Creo que si no la aprovechan estarían cometiendo un grave error”, indicó.
Los retos de agilizar la dinámica y reformar el liderazgo político
El retorno de la tarjeta de la MUD al panorama político trae consigo una oportunidad, como lo señala Spiritto, pero también nuevos retos que la oposición y el G4, si deciden participar, están obligados a asumir.
El politólogo y coordinador del Centro Gumilla en el estado Lara, Piero Trepiccione asegura que en primer lugar, el foco de la oposición debe a la reconstrucción de una gran coalición como la que en su momento fue la MUD en el año 2015, la cual no se limitaba solo a una tarjeta para votar, sino que era una instancia política plenamente estructurada. Sin embargo, él es el primero en reconocer que la situación actual del antichavismo dista mucho de lo que fue en aquel entonces.
“Son momentos y circunstancias distintas. No es que no hubiera diferencias en el año 2015, pero no eran tan sonoras o tan irreconciliables como parecen ser ahora. En aquel momento se pudo avanzar en una unidad orgánica importantísima, ahora existe esta rendija y esta oportunidad, es el momento de la autocrítica y el sacrificio, y lamentablemente uno no observa estas intenciones en la oposición”, dijo Trepiccione.
Esta reforma de la oposición debe ir de la mano con una decisión en el tema electoral, de si se participa o no, y la habilitación de la tarjeta, sumado a otros hechos como el comunicado conjunto de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, obligan al liderazgo opositor a, como dice el politólogo, “agilizar su dinámica”, pues por el tiempo corre el riesgo de perder la oportunidad de estar presente en los comicios del 21-N.
La oposición debe agilizar su dinámica, ha sido muy lenta. Se entiende que hay muchas oposiciones, pero la tarjeta de la MUD es una papa caliente y hay que interpretarlo así, en consecuencia se debe actuar rápido. La oposición, dada su magnitud ha burocratizado los mecanismos de toma de decisiones y ha llegado la hora de agilizarlo o se corre el riesgo de perder su posicionamiento”, dijo.
Una oportunidad que Trepiccione ve en todo esto, es la posibilidad de que la oposición reforme su liderazgo y se aleje del personalismo que lo ha caracterizado en los últimos años, el de tener como representación principalmente a Juan Guaidó, algo que dice debe acabarse para verdaderamente mostrar un contraste con el chavismo.
“Es el momento de despersonalizar el liderazgo opositor, Guaidó es un factor y cumplió un rol, pero hay que despersonalizar. Creo que se tiene que superar ese esquema de asociar el camino a una persona y volverlo algo más colectivo e institucional. Esto además permite demostrar un contraste con el chavismo que ha hiperpersonalizado el liderazgo, primero en Chávez y luego en Maduro. Estamos en pleno siglo XXI, la oposición debe dejar a un lado la práctica del caudillismo”, comentó.
Hasta la fecha y, a pesar de que han pasado dos días desde que el CNE anunció que la tarjeta de la MUD estaba habilitada para ser usada el 21-N y que la misma estaría en manos de sus antiguas autoridades, el G4 no ha tomado una decisión en torno a si participará en las elecciones. Mientras tanto, desde el 9 de agosto se inician las postulaciones de candidatos.