Tucupita comienza a verse con otra cara, luego de los embates del virus mortal que puso a temblar a todo el mundo y, que aún sigue latente.
En un cerrar y abrir de ojos Tucupita no había sido igual, donde al llegar el mediodía, se volvía un desierto. Todo viene dado por el confinamiento obligatorio ordenado por el Ejecutivo nacional, tras detectarse el primer caso de coronavirus en marzo.
La pandemia mantuvo encerrados por mucho tiempo a los ciudadanos, unos temían a ser contagiados, otros simplemente por cumplir con lo establecido.
Pero luego de que el Gobierno nacional extendió el horario comercial y de transeúntes, Tucupita parecía estar ya adaptada a la cuarentena y sus habitantes seguían escondiéndose en sus hogares al pasar las 12 m.
Sin embargo, esta semana inició con otro mes, noviembre. La sociedad civil tiene con qué distraerse, por un lado está el inicio de las campañas electorales y, las fiestas decembrinas.
Los comercios se han visto abarrotados por los ciudadanos, el clima lluvioso lo afirma. Incluso, algunos abastos decidieron mantener sus puertas abiertas por más tiempo.
Y sí, Tucupita comienza a tener otra cara, comienza a desatarse de las secuelas del coronavirus, aunque no se debe bajar la guardia. Expertos advierten de una segunda ola, es por ello, es mejor prevenir, que lamentar.