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Por: Alberto Rojas.

A 21 años de aquel 7 de octubre donde miles de deltanos obtuvieron la victoria sobre aquellos gobernantes de turno que tenían secuestrado el estado Delta Amacuro.

No es sólo una celebración, hoy es un recuerdo de lo que dio sentido al pueblo deltano. Hablar del 7 de octubre, día que marcaron lo que sería un punto de inflexión en la historia contemporánea del Delta.

El estado vivió días cruciales que marcaron el destino de miles de deltanos el 7 de octubre de 1999, Yelitza Santaella, tomó las riendas del gobierno local resurgiendo así la esperanza para a acabar con tanta injusticia y miseria a la que era sometida la entidad.

Es uno de los días más especiales y cruciales en el calendario de aquellos que vivieron miles de deltanos, ya que establece y recalca el factor crucial que es la mente joven y las nuevas generaciones para el desarrollo de un pueblo, por eso más que nunca seguimos en la lucha, porque hay jóvenes que creemos que la libertad está cerca, pero que debemos trabajar en pro de ella, porque sin Juventud no hay nada, y cuando la juventud sea tomada en cuenta para enmendar los errores del pasado y dar el visto bueno al verdadero sentido del sentir, es cuando tendremos un mejor Delta y una mejor Venezuela.

Hoy todos debemos pensar en la juventud, no solo como un número y un tiempo de la vida, si no como un factor de renovación, de cambio, de independencia y futuro pleno, donde todos se vean reflejados y comprometidos con verdaderas causas, donde cada niño y niña que está creciendo en esta reprimida y golpeada sociedad, sienta que hay personas jóvenes que en cualquier momento le darán la mano, que hay jóvenes que dieron y dan la vida por este país, que todos los días en todas partes del territorio nacional hay jóvenes que despiertan para sobrevivir y de esta forma lograr un cambio, que trabajan para mantener a sus familias.

¡Así que este 7 de octubre te invito a reflexionar y pensar ¿Qué estoy haciendo yo por el Delta? ¿Qué estoy haciendo yo por mi pueblo? ¿Qué hago yo para encaminar al desarrollo? ¿¡Qué hago yo por rescatar mis derechos y mi libertad!?. Y yo te diré que estás haciendo, si sigues aquí guerreando y te levantas cada mañana, pensando en ser mejor, en ser más noble, en ser un líder, en ayudar a las comunidades, en dar un poco de ti para ayudar a otros, en dedicar tiempo para desarrollar tu pensamiento y más que nada, dar así sea un minuto de tu día para alentar a otra persona a sonreír y decir «sí se puede» y juntos lo vamos a lograr. Nada sería mejor. ¡Así que hermanos estamos aquí, luchando, respaldando a todo el estado Delta Amacuro y a su juventud con que, tendremos lo que soñamos, si trabajamos juntos y salvamos nuestro país!.

Este 7 de octubre nos recuerda que nada es para es siempre, así como sucedió en aquel momento, cualquier gobernante no se escapa de este ejemplo que está al acecho y que podría tocar sus puertas cuando menos se lo imaginen.

Amanecerá y veremos.

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