Tucupita.- Se empieza a complicar el panorama para las autoridades regionales, ya que después de más de dos meses de cuarentena, comienzan a incrementarse; robos y asaltos a mano armada en distintos sectores de la ciudad.
Por lo tanto, hay que andar mosca, la delincuencia no respeta ni a las abuelas de 80 años. El más reciente ejemplo ocurrió ayer viernes en la avenida Arismendi a la altura del Parque Carabobo.
La victima corresponde a Nuris Carvajal, quien fue despojada de su cartera por sujetos armados que se desplazaban en una moto marca Bera color gris con una calcomanía de un puma por los lados. Los testigos nada pudieron hacer ante la feroz huida de los delincuentes.
En otras zonas, reportan un incremento de atracos, sobre todo en Barrio la Guardia, Villa Manamo, Delfín Mendoza, y sectores de San Rafael. Los afectados, son abordados por delincuentes armados en moto, quienes los despojan de sus pertenencias de valor.
Al parecer, también han ocurrido delitos en la Argimiro García de Espinoza, Santa Cruz, y Villa Caribe. Los delincuentes se están aprovechando de la emergencia del coronavirus para atentar contra la población deltana.
Policías necesitan más patrullas
Parte del problema es que la mayoría de los vehículos de los cuerpos de seguridad “municipales y regionales”, están parados por falta de repuestos, cauchos, baterías, y hasta gastos por mantenimiento, lo que hace que la delincuencia gane terreno.
Aunque el ejecutivo regional relance nuevos planes de seguridad con los que promete erradicar la delincuencia, cumplir con ellos y ejecutarlos como se necesita, se dificulta si no se dota a los cuerpos policiales de los implementos para hacer el trabajo.