Trabajando con supremos esfuerzos y con la voluntad de Dios, sin que los entes gubernamentales se acuerden de la existencia de ellos, se encuentran los pequeños y medianos productores agrícolas en los asentamientos campesinos adyacentes a la vía de Uracoa; donde las condiciones de trabajo del sector, todavía marchan como al estilo de la Venezuela rural, donde la única herramienta del campesino es el machete y el garabato; así como las ganas de cultivar la tierra, como único medio que le avale la producción que les sirve de sostén a su núcleo familiar.
Tal alerta la manifiesta el productor monaguense César Hernández, quien por cierto, luego de una titánica labor campestre, los fines de semana se traslada hasta Barrancas del Orinoco, para la venta del guarapo de caña con un molino móvil que le hace compañía en su camioneta, añadiendo que anteriormente, compraban la caña. Pero ahora, la siembra y la cultiva para deleitar con la gustosa bebida a uracoenses y barranqueños, explicó.
En esta ocasión, Hernández solicitó “a la Gobernadora Santaella, a la Alcaldesa del municipio Uracoa y a las demás autoridades gubernamentales, atención para el sector agrícola, mejoras del sistema eléctrico, limpieza y dragado del río de Uracoa, atención al sector pecuario y de otras atenciones”. Especialmente, al sector productivo, de manera de garantizarse la producción agroalimentaria que tanto se está requiriéndose en estos momentos, puntualizó Hernández.
JOSÉ ÁNGEL GASCÓN