José Ángel Gascón|Aun cuando las historias de los pueblos del mundo y sus productos, siguen siendo objeto de anécdotas e investigaciones.
Especialmente, de aquello que nos ha llamado la atención por su producción, resalta en esta ocasión el café, como bebida que se obtiene cuando se tuesta y se muele, conociéndose la calidad de su sabor por catadores que han hecho suyo el privilegio de colocar su clasificación a nivel mundial.
Aun cuando se manifiesta que éste es de origen árabe, conociéndose por un ciudadano especial por allá en el siglo XV, originario de la provincia de Kafía, extendiéndose por la península arábiga, Turquía y un área del Índico.
También se comenta que los primeros europeos que saborearon este brebaje fueron los venecianos, por allá por el año de 1.600, saliendo de Venecia a toda Europa; luego los misioneros españoles se encargaron de llevar la planta a América a mediados del siglo XVIII. Igualmente se asienta que el primer cafeto que llegó a Venezuela, fue sembrado por los mismos misioneros asentados en la cuenca del río Caroní en 1.730 traído desde Brasil.
Sin embargo, aún cuando se comenta que fueron los waraos, los trinitarios, o los margariteños los que trajeron el cafeto al Delta, lo que sí es evidente es que desde Caripe, traen al mercado municipal de Tucupita el mejor café del mundo, cuyo aroma y sabor se expande atrayendo una multitud de catadores que han hecho suya la añeja tradición de aquellos pueblos del antaño.