No hay otro tema que se comente en Maracaibo que el del sacerdote español pedófilo. La gente no sale del asombro, de ver cómo el fray Iván Merino Padial confesó, con pasmosa normalidad, lo que hacía (actos lascivos) dentro de su carro con una niña de 12 años. La frase: “Nos encariñamos, entre el juego y las caricias… una cosa llevó a la otra” rumba en la mente de marabinos indignados que quieren justicia.
A 15 o 20 años de prisión pudiera ser condenado Merino en el juicio que de seguro se le seguirá luego de que la Fiscalía lo privara de libertad. El fiscal 35 lo imputó por abuso sexual continuado.
En consecuencia, el Tribunal 1° Control de violencia contra la mujer evaluó los elementos de convicción expuestos por la representación fiscal y dictó la medida de privación de libertad.
Si escandaliza el hecho de que lo detuvieran in fraganti con la menor, más pavor y dolor provoca enterarse, por la propia niña, que los abusos comenzaran hacia 2015.
La Fiscalía señala en nota de prensa: “La joven habría manifestado que el hombre abusaba de ella desde hacía tres años”.
Las condenas por abuso sexual contra menores llegan a superar los 10 años de cárcel. En 2014, un pastor evangélico, llamado Carlos Rincón Delgado, recibió sentencia de 10 años por haber abusado sexualmente de una niña de 10 años, en San Juan de Los Morros, estado Guárico. En el 2014 fue sentenciado a 20 años de prisión Jesús Alberto Fernández (48), quien fue aprehendido en 2009, por abusar sexualmente de un niño de 7 años en el estado Miranda.
A otro violador, en Cojedes, le dictaron 30 años de prisión. Alirio Viera (42) había abusado de una niña de 11 años, hecho ocurrido el 21 de marzo de 2015 en una vivienda del municipio Anzoátegui del estado Cojedes. Y en junio de este 2018, fue condenado Julio César Agosto (42) a 15 años de prisión por abusar sexualmente de una niña de 3 años, situación que se produjo el 12 de junio de 2015 en la parroquia Argimiro García de Tucupita, estado Delta Amacuro.
El miércoles, el secretario de Gobierno, Lisandro Cabello, señaló sobre el caso Merino que en los exámenes forense practicados a la niña de 12 “dio positivo, hubo penetración” por lo que continuarán las investigaciones para constatar si existen más víctimas de este sacerdote pedófilo, pues la pequeña forma parte de la coral infantil de la parroquia eclesiástica María Inmaculada, de la urbanización El Naranjal.
Cabello también denunció que “a este señor lo enviaron castigado de Granada, España, a Venezuela por algunas denuncias (de pedofilia). Por qué la Iglesia no investigó eso”.
Sobre este punto, desde España, la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de los Agustinos Recoletos emitió un comunicado en el que reprueban y condenan las acciones de Merino.
“Reprobamos y condenamos absolutamente la conducta impropia de este religioso”, indican.
Tras pedir perdón “a la víctima, a su familia, a la Iglesia y a toda la sociedad”, los religiosos expresaron su compromiso para colaborar con la justicia y precisaron que “absolutamente falso” que haya “acusaciones o denuncias de esta índole contra este religioso durante su permanencia en España”.
“Siempre hemos repudiado, repudiamos y repudiaremos cualquier acción que atente contra la dignidad de la persona humana y mucho más si quien es afectado es un menor de edad”, agregaron. Merino, nacido en Motril (Granada) trabajó en el colegio Santo Tomás de Villanueva entre 2011 y 2015, luego se le ofreció venir a este país.
Tomado de Panodi