Oscar Gómez
* Lcdo. en Teología/ Abogado
Pastor fundador del C.C. “Palabra y Poder”
@PastorOscarG
Ese 15 de septiembre de 1940, el niño de 10 años no fue al caño Manamo a nadar, como tampoco escogió jugar a la pelota con sus amigos como de costumbre; a pesar de lo mucho que lo disfrutaba.
Y es que la invitación que había recibido, quizás ni él mismo imaginaba, se convertiría en el día más importante de su vida después de su cumpleaños. El barrio Verdún actualmente conocido como Barrio Obrero, fue el lugar donde se predicó por primera vez un mensaje de salvación, y por tanto, el escenario donde ocurriría el segundo nacimiento del niño Carlos.
La señorita Ruth B. Hege, una dama de origen alemán tocaba su guitarra con una gracia indescriptible y la gente se aglomeraba a escuchar su hermosa música. Ella formaba parte de una comitiva de misioneros procedente de los Estados Unidos y quien vino acompañada del Reverendo Silva Hauser, Esteban Green y Dolores Finey, con sus respectivas familias.
La señorita Ruth dio paso a Esteban Jhon, el predicador de esa campaña evangelística. Éste abrió su Biblia en el evangelio de Juan capítulo 10 y leyó desde el versículo 7 en adelante, el pasaje titulado El buen pastor: “Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas, todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. El predicador seguía disertando: “Entrar al redil a través de Jesús es una acción salvadora y provee a las ovejas de vida abundante y provisiones.
La escena ofrece un cuadro de seguridad y salvación en Cristo como la puerta del redil; en éste, el pastor cumplía la función de puerta, permitiendo la entrada a las ovejas y protegiéndolas. Jesús es nuestra puerta a la salvación de Dios y ofrece el acceso a la protección, y a la seguridad. Cristo es nuestro protector.
Algunas personas toman a mal que Jesús sea la puerta, el único camino de acceso a Dios. Pero Jesús es el Hijo de Dios. ¿Por qué habríamos de buscar otro camino o por qué querríamos una forma de abordar a Dios hecha a nuestra propia medida? El niño Carlos absorto, miraba los ademanes que hacia el predicador y sobremanera percibió la profundidad de sus palabras.
Luego Esteban Jhon, se paseó por entre las personas aglomeradas en el lugar, añadiendo a su mensaje: “En contraste con el ladrón que viene para arrebatar la vida; Jesús da vida. La vida que Él da ahora es abundantemente más rica y plena. Es eterna y, sin embargo, COMIENZA DE INMEDIATO.
La vida en Cristo se disfruta en un plano más elevado debido a su sobreabundante perdón, amor y dirección”. El predicador pareció fijar su mirada en el niño Carlos y preguntó: ¿Quién desea hoy entrar en el redil y aceptar la vida que le ofrece Jesús el buen pastor? Un grupo de personas, a solicitud del predicador, levantaron sus manos y seguidamente fueron invitados a dar un paso al frente y repetir la oración de fe, confesando a Jesucristo como su Salvador personal.
Entre estas valientes personas se encontraba el niño Carlos, quien emocionado recibía un abrazo y congratulaciones de los misioneros presentes. Diez años después, el ahora joven Carlos Díaz Yánez, se alistó para realizar el servicio militar obligatorio en el ejército entre los años 1950-1952, allí se desempeñó como ecónomo, y llegó a estar a cargo de un pelotón de 32 soldados siendo Sargento Segundo.
Durante su servicio militar dio testimonio de la fe que profesaba. En una ocasión recibió una carta para continuar la carrera militar, pero no la aceptó por cuanto temió que ésta lo apartara del Dios a quien le había confiado su vida. Para el año 1952 luego de su regreso del ejército, la Iglesia Bautista Emanuel (la primera iglesia evangélica establecida en el oriente del país) seguía su marcha.
Contaba esta grey ahora con una lancha que se llamaba “Buenas Nuevas” y con la cual recorrían los caños del Delta del Orinoco, llevando el evangelio de salvación a los indígenas waraos y al frente su capitán Eduardo Torres, el misionero Douglas y quien fungió, por corto tiempo de marinero, el joven Yánez.
El amor tocó por vez primera a su puerta y en el año 1955 se casó con Emma Yánez Omenta con quien procreó seis hijos: Josabeth Josefina, James, Carlos Jeremías, Rachel, Neudis Nadira y Elibeth (+). Se aproximan los años de madurez y mayor desarrollo profesional para este insigne deltano nacido en Tucupita el 14 de Octubre de 1930; siendo sus padres Casto Alfonzo Díaz y Claudia Yánez (Cayita). Se desempeñó como profesor de natación en el Parque José Pérez Colmenares (INAM).
En el año 1963 en el estado Sucre representaría a su querida Tucupita, obteniendo el título de campeón nacional de Voleibol, y también obtuvo logros en la disciplina de natación; y durante cinco años preparó a muchos atletas deltanos, quienes se destacaron en competiciones nacionales de natación.
Fue seleccionado para hacer el curso de gimnasia rítmica en Maturín, estado Monagas. En su desempeño laboral se puede mencionar haber sido instructor de deporte en las disciplinas de: voleibol, natación, básquet y atletismo.
Entre sus logros destacan la fundación del Parque Libertad, y más luego haber sido designado Director del mismo. Su destacado liderazgo le lleva a desempeñarse también como Director del Parque Tucupita II, cargo que desempeñó durante 10 años. Durante su brillante trayectoria
Yánez recibió muchos reconocimientos, entre otros, el otorgado por la Iglesia Evangélica Bautista “Emanuel” por su labor como moderador y co-fundador del programa radial “Ecos de Redención”, transmitido por la pionera Radio Tucupita 1270 AM. La Casa del Artista lo homenajeo por su labor en pro del enriquecimiento del patrimonio cultural venezolano.
En la Escuela “Alejandro Petión” fue instructor de educación física, y luego por su talento en el canto llegó a ser instructor de educación musical; hasta recibir su merecida jubilación. Luego de enviudar, el amor volvió a tocar a su puerta y contrajo nupcias con la señora Fanny García, con la cual lleva 10 años de feliz matrimonio.
Actualmente tiene la bendición de contar con 87 años de edad y, aún se percibe en este ilustre deltano y mejor cristiano un deseo ferviente de seguir sirviendo a su amado Jesucristo, y extender su legado a todas las personas a quienes nos ha impactado en su larga y fructífera vida personal, laboral, deportiva y sobre todo espiritual. Dios bendiga aún más al hermano Carlos Díaz Yánez.
El redil era un lugar cerrado donde se guarda el ganado menor durante la noche. Los rebaños descansaban en el interior del recinto, al aire libre. Los pastores acampaban con sus rebaños.
Esta práctica u oficio del medio oriente, reflejaba el cuidado que tenía el pastor de las ovejas para cuidarlas de los ladrones, lobos y cualquier otro peligro y, refleja el amoroso cuidado, que Jesús el buen pastor tiene por sus hijos hoy. Y usted, amiga y amigo lector ¿ha entrado por la puerta del redil de las ovejas? ¿Te sientes desprotegido actualmente? ¿Temores invaden tu vida durante la noche? ¿Tu día a día se hace terriblemente insostenible? Es hora de entrar por la puerta del redil que te conducirá a la Vida Eterna, no esperes más, la oscuridad que trae la noche se acerca, y solo el buen pastor, con su vara y su cayado te pueden infundir aliento y darte protección. Ven hoy a Jesús tu buen pastor quien su vida dio para darte salvación y vida en abundancia.