La poliomielitis es una enfermedad infecciosa incapacitante y potencialmente mortal que afecta principalmente a niños menores de 5 años.
El agente causal es el poliovirus, del cual hay tres cepas 1, 2 y 3. Actualmente, el tipo 1 es el que se encuentra con mayor frecuencia y el que más a menudo causa epidemias. Los tipos 2 y 3 son generalmente los responsables de las parálisis asociadas a la vacuna.
El poliovirus salvaje entra en el organismo por la boca, transportado en el agua o alimentos contaminados con materia fecal de una persona infectada. Los virus se multiplican en el intestino y se excretan con las heces, a través de las cuales se pueden transmitir a otras personas.
No hay cura, pero hay dos vacunas seguras y efectivas para detener su transmisión: la vacuna inactiva contra la polio (IPV) y la vacuna oral contra la polio (OPV). La estrategia para erradicar la poliomielitis se basa en prevenir la infección vacunando a todos los niños hasta que se interrumpa la transmisión y el mundo esté libre del virus.
América fue el primer continente que logró eliminar la poliomielitis, el último caso causado por virus salvaje fue en 1991. A nivel mundial, la circulación del virus polio es permanente solamente en tres países: Pakistán, Nigeria y Afganistán.
Los países libres de virus polio, en situaciones excepcionales, sufren casos de poliomielitis. Estos pueden deberse a la introducción del virus salvaje desde países endémicos o a la mutación de virus atenuados de la vacuna de polio oral que recuperan su capacidad de infectar y afectar a las personas.
En las últimas semanas hubo preocupación por el reporte de un caso de parálisis flácida aguda en Venezuela, pudiendo tratarse de la reaparición de poliomielitis en la región. Según el informe de la OPS/OMS, el paciente afectado reside en una comunidad indígena con pobre cobertura de vacunas en el Delta Amacuro. El niño de 2 años, no vacunado, desarrolló parálisis flácida a finales de abril de este año.
En el laboratorio de referencia nacional, el Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” (Inhrr), se aisló un poliovirus tipo 3 en muestras de heces del niño afectado. Este hallazgo es posible en niños y comunidades vacunadas con vacuna oral contra la polio, que contiene cepas de poliovirus debilitadas de tipo 1 y tipo 3. La vacuna oral contra la poliomielitis trabaja de tal modo que las cepas contenidas en la fórmula pueden ser eliminadas en la materia fecal de un niño vacunado y diseminarse en bajos niveles dentro de una comunidad, lo que causa que se vacunen “pasivamente” otros niños.
El caso se encuadraría dentro de los brotes de poliovirus circulante derivado de la vacuna; aquellos que ocurren cuando un virus de la vacuna se transmite de persona a persona, en sitios con bajas coberturas de vacunación, mutando y readquiriendo las características de “transmisibilidad y neurovirulencia” del virus salvaje.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reitera a los Estados miembros la importancia de alcanzar y mantener una cobertura de vacunación contra la poliomielitis superior a 95%. También destacan la necesidad de mantener una activa vigilancia epidemiológica.
Mientras haya casos de poliomielitis en cualquier lugar del mundo, la enfermedad sigue siendo una amenaza en todas partes, y tanto los brotes causados por la importación del virus de países endémicos como los relacionados con la vacuna, se pueden evitar manteniendo unas altas tasas de vacunación en la población, evitando grupos de personas susceptibles a padecer la enfermedad.
¡No le tengas miedo a la vacuna, protege a tus hijos contra la poliomielitis!
La autora es médica
La Prensa(Panamá)/ Ana G. Lucas Q.