Pernoctan en el paseo Manamo, donde ejercen el oficio de caleteros para poder alimentarse, ante la falta de atención
Tucupita.- Provenientes del municipio Pedernales, y tras tres días jalando canalete llegan hasta los puertos del paseo malecón Manamo, los indígenas de la comunidad La Culebrita.
Esta ranchería se queda sola, mientras salen a buscar como subsistir, optando correr con la buena suerte de que alguien se apiade de ellos y acuda a socorrerles una vez que llegan a la capital deltana, donde también aprovechan para que les paguen la pensión a los que tienen este beneficio, encontrándose con el colmo que se las paguen fraccionada, sin tener las esperanzas de cuándo les volverán a cumplir con el resto que les quedan debiendo.
Así lo expresa Rafael López, padre de familia y propietario de una de estas curiaritas que les sirve como único medio para salir del aislamiento en que los tienen hace muchos años, donde se palpa la miseria y la pobreza extrema.
Se ven obligados a usar los métodos de antaño para poder salir de su lugar de origen, porque solo los visitan cuando existe un proceso electoral, dijo.
Igualmente destaca que a La Culebrita, nadie la visita, no cuenta con una sede para la escuela ni con caminerías, no existe incentivo alguno para la producción agrícola y no cuentan con la ayuda de nadie, viven de la pesca y de lo que pueden conseguir como complemento para la alimentación, porque el alimento del llamado Clap, se lo envían cuando corren con la buena suerte de que desde la Alcaldía de Pedernales, se acuerden de que ellos existen, agrega López.
Texto y fotos: José Ángel Gascón